Puede llegar un momento en el que nos preocupemos por el consumo o posible consumo de drogas de nuestros hijos.
A veces, estas preocupaciones tienen que ver con la actitud que observamos en ellos, incluso los síntomas claros que empiezan a percibirse. Otras veces, estas preocupaciones tienen que ver más con aspectos de nosotros mismos como nuestros miedos o experiencias previas con las drogas que hayamos tenido, que pueden influirnos.
Cuando esta preocupación aparece, puede ayudarte tomarte un tiempo de reflexión en el que puedas tratar de distinguir cuánto de esa preocupación quizá hable de ti. Si eres capaz de poder distinguir esto, te será mucho más fácil enfocar la preocupación. Todo lo que has vivido que da sentido a esos miedos, puede ayudarte pero también puede entorpecer el acercarte al posible consumo (o consumo) de tu hijo.
Antes de dar el paso de hablar con tu hijo de vuestras preocupaciones (ya sean sospechas de consumo o un consumo evidente), vamos a detenernos en comprender qué le puede estar pasando. Esto, nos va a ayudar a enfocar la situación junto al adolescente.
Los adolescentes se encuentran en un momento vital de construcción de identidad. Tratan de diferenciarse de sus padres y se refugian en sus amigos como grupo de referencia para crecer. Todo lo que les está pasando puede vivirse con estrés. Además, en esta búsqueda de la identidad: quién soy, qué me gusta, cómo quiero vivir mi vida, cuáles son las personas que elijo a mi alrededor, les gustaré yo a ellas? Etc….va acompañada de la necesidad de experimentar. Experimentar para crecer. Experimentar para ser autónomo. Experimentar para sentir que soy yo mismo y no lo que “papá y mamá dicen”.
A esta necesidad de experimentar y probar le acompaña la atracción por el riesgo lo que provoca una combinación peligrosa. El consumo de drogas aparece en sus entornos y en ocasiones, la necesidad de probarlas.
Cuando he hablado con adolescentes del porqué de su consumo de cannabis las razones que aparecen suelen ser razones relacionadas con la diversión y/o con la evasión de dificultades y conflictos.
Entender qué les está pasando y poder hablar con ellos de “sus razones”, es una puerta de entrada muy eficaz para que nos escuchen y para poder guiarles en su proceso de elegir cómo quieren vivir (porque ya les toca decidirlo).
Si nos cuentan qué les pasa, para qué les sirve el consumo, podremos ayudarles a reflexionar sobre los riesgos a los que se exponen y sobre cómo se enfrentan a sus dificultades. Las razones relacionadas con la diversión se pueden ampliar con la información relacionada con los riesgos de las sustancias y consecuencias del consumo. También se puede ayudar a reflexionar sobre las maneras de divertirse en sus tiempos de ocio y se puede potenciar un ocio saludable.
Por otra parte, cuando el consumo de drogas esconde razones de evasión de dificultades, será necesario que ayudemos a que el adolescente pueda trabajar esas dificultades de otras maneras. Empezar a compartirlas con nosotros, es el mejor punto de partida porque nos estarán pidiendo ayuda.
Una parte muy importante de los consumos que se realizan en la adolescencia, no conllevan una adicción en la vida adulta.
Pero, cómo nos enfrentemos a ello como padres puede ser decisivo en la evolución del consumo de nuestros hijos así como de su desarrollo global como personas.
Y recuerda, si no puedes hacerlo solo o sola, en Servicio PAD, prevenimos y tratamos las adicciones en adolescentes y jóvenes del consumo de alcohol y/u otras drogas, del uso abusivo de la tecnología o con riesgos o problemas asociados al juego de azar.
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Pamela Valencia
Psicologa y Orientadora familiar de Servicio PAD