Cuando hablamos de prevención de adicciones en adolescentes y jóvenes uno de los objetivos es el de facilitarles herramientas que les permitan tomar decisiones hacia comportamientos saludables.
Una de las dificultades que se encuentran las madres y padres cuando sus hijos o hijas están pasando por el periodo adolescente, es que se abren muchos frentes en los que hay que estar, apoyar y acompañar. En muchas ocasiones hablamos de conflictos, discusiones, y situaciones difíciles. La suma de todas ellas comprende el propio proceso adolescente, que implica a su vez una compleja transición hacia la persona adulta que será y a una nueva etapa en la unidad familiar.
Una de las características de la adolescencia es el continuo cambio o inestabilidad, y uno de nuestros objetivos como padres y madres es la de favorecer un equilibrio que les permita manejarse en todas aquellas parcelas de su vida necesarias para crecer y madurar. Este equilibrio, además, nos ayudará a prevenir el desarrollo de posibles conductas adictivas.
Las parcelas de las que hablamos son cuatro, y son importantes para la vida de todo el mundo (y por lo tanto también para los y las adolescentes). Es importante que todas estén presentes y fomentar su desarrollo desde nuestro papel como figuras parentales:
1.- Habilidades Personales: la familia influye en la imagen que tengo de mí, lo que les permite valorarse y por tanto cuidarse, aprender a identificar emociones tanto positivas como negativas, encontrar estrategias que les ayudan a manejarlas, aprender a diferenciar entre “lo que me apetece” y “lo que me corresponde hacer”, entre otras cosas.
2.- Relaciones sociales: la familia aporta mucha información sobre cómo debo comportarme y relacionarme en otros espacios (grupo de iguales, etc.) Desde nuestro papel de padres y madres transmitimos normas de conducta y habilidades sociales que les ayudaran a establecer relaciones sociales adecuadas: cómo dialogar, cómo posicionarse ante los conflictos, cómo reforzar amistades, etc.
3.- Responsabilidades y obligaciones: es beneficioso educar para la adquisición de responsabilidades a través de diferentes tareas ya sea en casa, el cole u otras situaciones del día a día como factor preventivo y fundamental para la maduración, que deben ir adaptándose a la edad y las capacidades de cada persona.
4.- Ocio y tiempo libre: fomentar y facilitar espacios de ocio variado, saludable y adaptado a su edad y gustos. Proceso que se inicia desde la infancia. Debemos compaginar dos aspectos importantes la posibilidad de experimentación necesaria para el desarrollo personal y la de protección frente a los riesgos, mediante la información, supervisión y ejemplo. Entre los riesgos posibles a los que les tocará enfrentarse están las posibles conductas adictivas.
Como veis, se trata de aspectos que tienen que ver con la vida de todos.
Es importante, como ya hemos dicho, tener todas en cuenta. Establecer el equilibro supone que, dependiendo del momento o las necesidades y características de nuestros hijos o hijas trabajaremos más en el desarrollo de unas o de otras.
Sabemos que hay momentos en los que tenemos dudas o dificultades, y no debemos dudar en acudir al recurso adecuado.
Y recuerda, si no puedes hacerlo solo o sola, en Servicio PAD, prevenimos y tratamos las adicciones en adolescentes y jóvenes del consumo de alcohol y/u otras drogas, del uso abusivo de la tecnología o con riesgos o problemas asociados al juego de azar.
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María Bejarano
Psicóloga y Orientadora familiar del Servicio PAD