Hasta hace poco hablar de adicciones con adolescentes y jóvenes era sinónimo de hablar de drogas y, en los últimos años, también de videojuegos y redes sociales. Sin embargo, observo en mi trabajo como educador social que cada vez hay más menores que presentan comportamientos vinculados a los juegos de azar. La facilidad de apostar online y la proliferación de casas de apuestas provoca que algunos menores y jóvenes las estén incorporando a sus actividades como una alternativa de ocio que además puede ser una fuente de recursos económicos. Y en los casos en los que ya hay un consumo habitual de sustancias, fundamentalmente alcohol o cannabis, el juego se convierte para algunos/as en una actividad alternativa al consumo cuando intentan reducirlo o eliminarlo por algún motivo.
Esos mismos menores que hace pocos años se entretenían jugando al balón, al escondite, a la consola o incluso a algún juego de mesa, ahora juegan a apostar. La posibilidad de iniciarse con pequeñas cantidades, 50 céntimos o 1 euro, el reclamo del dinero fácil, la aventura de jugar a pesar de ser menores, la satisfacción de «ser más listo que nadie» al predecir la apuesta ganadora, o el deseo de recuperar lo perdido son algunas de las motivaciones que les llevan a hacerlo.
Cada vez más jóvenes
Según el VIII Informe “Percepción social sobre el juego de azar en España 2017”,realizado por la Fundación Codere y la Universidad Carlos III de Madrid, las apuestas deportivas son la actividad estrella en el juego presencial. 1’8 millones de personas probó suerte en 2016 en estas apuestas, y casi la mitad de las personas jugadoras eran menores de 35 años. En cuanto a la implantación cada vez más extendida de los salones de juego, señala que en 2016 se registraron 2.550 con casi dos millones de clientes. El mayor uso de estos juegos y locales favorece también que la clientela de los tradicionales casinos y bingos esté “rejuveneciendo” al ser cada vez más las personas jóvenes que acuden a ellos.
Un reciente estudio llevado a cabo en la Comunidad Valenciana por Mariano Chóliz, psicólogo experto en conductas adictivas relacionadas con el juego y las nuevas tecnologías, revela que el 62% de los/las menores de 18 años reconoció haber jugado apostando dinero en los últimos meses y que el 37,7% de estos/as tienen problemas con el juego. La principal conclusión es que el juego de azar es una actividad frecuente entre adolescentes de 16 y 17 años, a pesar de ser ilegal para ellos, y que cuanto más apuestan más se enganchan.
Cuanto más joven es una persona antes se instaura cualquier conducta adictiva, ya sea a sustancias o a comportamientos. Ganar es siempre un gran reforzador, pero ganar dinero aún lo es más. Los estudios más recientes ya muestran que el juego es un riesgo que ha llegado para quedarse entre las personas más jóvenes y sospecho que en poco tiempo nos mostrará sus efectos.
Pedir ayuda
Es importante que desde el entorno familiar y escolar prestemos atención a este tipo de comportamientos, invisibles en la mayor parte de las ocasiones. De la misma manera que nos preocupa el consumo de drogas de nuestros adolescentes y jóvenes y de la alarma que paulatinamente hemos ido asumiendo con el uso de videojuegos y redes sociales, hemos de estar vigilantes también a esta nueva realidad. Hablemos sobre este tema en casa, preguntemos a nuestros menores sobre su relación con el juego de azar, ya sea online o en casas de apuestas, y no quitemos importancia a estas conductas en el caso de que ya se hayan iniciado.
Por supuesto, si tienes dudas sobre cómo manejar estas situaciones en casa o conoces a personas a las que las apuestas se les han ido de las manos, no lo dudes y pide ayuda.
Y recuerda, si no puedes hacerlo solo o sola, en Servicio PAD, prevenimos y tratamos las adicciones en adolescentes y jóvenes del consumo de alcohol y/u otras drogas, del uso abusivo de la tecnología o con riesgos o problemas asociados al juego de azar.
¡Llámanos! 699 480 480
Santiago Redondo Bueno.
Educador Social CAD de Tetuán