Son muchos los desafíos a los que se enfrentan las familias en la crianza de adolescentes, pero hay uno en particular que merece especial atención: el consumo de cigarrillos electrónicos (CE) y vapers. Estos dispositivos han ganado gran popularidad entre la juventud y se han convertido en la forma más común de consumo de tabaco en este grupo etario en España.
Según los datos del ESTUDES 2023 (Encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España), el 54,6% del estudiantado de entre 14 y 18 años ha consumido cigarrillos electrónicos al menos una vez en su vida. La prevalencia del consumo es mayor en los varones, y alcanza su punto más alto a los 18 años tanto en hombres como en mujeres.
¿Por qué la adolescencia se inicia en el consumo de cigarrillos electrónicos?
Algunas de las razones principales son:
- Curiosidad y exploración, una característica propia de esta etapa.
- Atracción por la variedad de sabores y diseños llamativos de estos dispositivos.
- Accesibilidad, ya que su adquisición es percibida como sencilla.
- Permisividad, pues se pueden usar en muchos espacios públicos donde está prohibido fumar tabaco.
- Menor impacto sensorial, ya que no dejan mal olor ni mal sabor en la boca.
- Discreción, es más fácil ocultar su consumo en comparación con el tabaco tradicional.
- Factor de socialización pues su uso está asociado a la interacción con amistades y grupos.
- Posibilidad de elección entre productos con o sin nicotina.
- Falsa percepción de seguridad, ya que muchas personas creen que son menos dañinos que los cigarrillos tradicionales.
A pesar de la creencia extendida de que los CE pueden ayudar a dejar de fumar, los datos indican que solo un 8,5% de la juventud los usa con ese propósito. En la mayoría de los casos, su consumo responde a otros intereses.
¿Qué percepción de riesgo tiene la juventud ante el uso de cigarrillos electrónicos?
Uno de los aspectos más preocupantes es que quienes han probado los cigarrillos electrónicos suelen tener una menor percepción de riesgo respecto al consumo de tabaco y cannabis en comparación con quienes nunca los han usado. Además, aquellas personas que han fumado CE alguna vez perciben que es más fácil acceder a otras sustancias como el tabaco o el cannabis, lo que puede aumentar su vulnerabilidad.
¿Qué riesgos conlleva este tipo de consumo?
El consumo de cigarrillos electrónicos implica diversos riesgos para la salud, entre ellos:
- Presencia de sustancias químicas perjudiciales para el organismo.
- Riesgo de intoxicación por nicotina y otros compuestos presentes en los líquidos para vapear.
- Lesiones respiratorias y afecciones pulmonares derivadas de la inhalación de aerosoles tóxicos.
- Quemaduras y lesiones en cara y mandíbula por fallos en los dispositivos.
- Aumento del riesgo cardiovascular y de padecer enfermedades crónicas.
- Desarrollo de adicción, especialmente en productos que contienen nicotina.
- Menor percepción del riesgo asociado a otras sustancias, lo que puede facilitar el inicio en el consumo de tabaco o cannabis.
¿Cómo prevenir el consumo de cigarrillos electrónicos en la adolescencia?
Las familias pueden desempeñar un papel fundamental en la prevención adoptando las siguientes estrategias:
- Informarse sobre los riesgos y consecuencias de este tipo de consumo y compartirlos con hijas e hijos.
- No normalizar el uso de vapers ni asumir que es algo común e inofensivo.
- Detectar y desmontar creencias erróneas sobre la supuesta inocuidad de estos dispositivos.
- Fomentar el pensamiento crítico y la responsabilidad en el consumo de sustancias.
- Oponerse sin dramatizar, estableciendo una comunicación clara y cercana.
- Evitar compartir experiencias propias o ajenas sobre el consumo de tabaco o vapers, ya que esto puede banalizar el problema.
- Intervenir a tiempo si se detectan señales de consumo, buscando apoyo si es necesario.
¿Te sientes preparada o preparado para afrontar este reto? Si crees que necesitas más herramientas o información, o si consideras que hay un problema en casa, no dudes en contactar con el Servicio PAD. ¡Podemos ayudarte!
Alba Navarrete Herrera
Psicóloga y Orientadora familiar del Servicio PAD