El patrón de consumo de alcohol en forma de atracón o binge drinking está cada vez más extendido entre la población adolescente y joven, y se traduce normalmente en la práctica del botellón. Esta forma de consumir se caracteriza por beber grandes cantidades de alcohol en espacios cortos de tiempo y principalmente se realiza los fines de semana, cuyo objetivo suele ser lograr un nivel de embriaguez. Las razones principales por la que la juventud realiza botellón están relacionadas principalmente con tres parámetros:

  • Lo consideran divertido: se puede relacionar con el contexto lúdico donde se realiza siendo éste un contexto abierto y divertido donde se encuentran a muchas personas nuevas.
  • Es más barato: debido a que sus posibilidades económicas son menores y no suelen tener su propia autonomía económica facilita que puedan comprar alcohol más barato en comercios y hacer botellón, pudiendo así beber más cantidad de alcohol en relación a lo que ingerirían con el mismo dinero en un local.
  • Lo consideran un facilitador de las relaciones sociales: la desinhibición que provoca su consumo puede generar la sensación en algunas personas de que ayuda a aumentar las relaciones interpersonales, el diálogo y la socialización.

La organización Mundial de la Salud (OMS) considera el alcohol como una de las drogas potencialmente más comprometidas con la salud psíquica, física y social de las personas y sigue siendo la droga psicoactiva por excelencia en España, de la que más se abusa y la que más problemas sociales y sanitarios causa.

En concreto este patrón de consumo tiene una estrecha relación con problemas de salud importantes como son:

  • Presencia o aumento de déficits cognitivos: alteración de la memoria, toma de decisiones, peor rendimiento atencional…
  • Peor salud o mayor riesgo de enfermedades médicas.
  • Problemas sociales o psicológicos: peor o bajo rendimiento académico, comportamiento violento o agresivo, mayor vulnerabilidad a sufrir un atraco, robo… 
  • Presencia de conductas de riesgo: conducir bajo los efectos del alcohol, caídas, accidentes de tráfico, peleas, conductas sexuales de riesgo…
  •  Posible desarrollo de un trastorno por consumo de alcohol.

Por todo lo mencionado, este tipo de conducta merece una especial atención desde la prevención y en concreto por parte de las figuras de referencia en este caso los progenitores, pero ¿qué podemos hacer como agentes preventivos? 

  • Aumenta su percepción de riesgo mostrando las consecuencias más comunes.
  • Muéstrale las ventajas de no hacerlo.
  • Ayuda a desmontar falsos mitos sobre el consumo de alcohol. 
  • Controla la hora de llegada a casa y el dinero disponible.
  • No muestres permisividad ante esta conducta.
  • No lo normalices ni generalices pensando que todas las personas jóvenes lo hacen.
  • Actúa como modelo y ejemplo.

Si no te ves capaz de hablarlo, no sabes cómo hacerlo o consideras que existe un problema o dificultad al respecto, no dudes en ponerte en contacto con el Servicio PAD, podemos ayudarte.

¿REFLEXIONAMOS?

Alba Navarrete Herrera

Psicóloga y Orientadora familiar del Servicio PAD