El Instituto de Adicciones de Madrid Salud ha encargado recientemente a SociológicaTres la realización de un estudio de carácter cualitativo sobre las percepciones respecto al ocio de adolescentes y jóvenes madrileños que en su tiempo libre practican el botellón. Este estudio pretende acercarse a sus actividades, expectativas y demandas con vistas a conocer de primera mano su opinión sobre posibles alternativas de ocio que les permitan incorporar otras posibilidades en las que el botellón, y el alcohol íntimamente ligado al mismo, no sea el protagonista.
Hace poco más de quince años, el botellón ocupaba un importante espacio en los Medios de Comunicación como la nueva forma en que adolescentes y jóvenes ocupaban buena parte de su ocio de fin de semana en España. Una forma de diversión y esparcimiento que entonces preocupaba en base al riesgo del consumo de alcohol a edades tempranas y que, frecuentemente, iba unida a ruidos, suciedades y molestias generadas al vecindario afectado. Pues bien, más de tres lustros después, tras numerosos debates, estudios y propuestas, tras la aplicación de distintas leyes y medidas, tras la puesta en marcha de programas de ocio alternativo y después de que el asunto haya estado dentro y fuera del foco mediático, el botellón, como fenómeno de ocio, sigue estando presente y sigue preocupando.
Dada esta situación, hay que señalar determinadas cuestiones y analizar muy brevemente algunos de los aspectos esenciales que se ponen en juego en torno al botellón, con el fin de entenderlo más allá de la simple actividad por la que muchos adolescentes y jóvenes se reúnen en lugares públicos para pasar el rato, conversar, y beber.
Conviene otorgar la importancia debida a lo que la actividad del botellón tiene de puesta en práctica de búsqueda juvenil de un espacio propio. En primer lugar, es necesario calibrar la importancia de estos encuentros como espacio de socialización, como escenario en el que se ponen en juego las relaciones interpersonales y en el que se escenifica tanto la importancia del grupo como de las individualidades. Aspectos, todos ellos, esenciales en los procesos de creación y consolidación de la identidad personal y grupal y que, por ello, no pueden desaparecer sin más.
Sin olvidar, claro está, que las dinámicas intrafamiliares han evolucionado de tal manera que el talante de los progenitores en relación a los comportamientos de hijos e hijas es mucho menos rígido que en el pasado, en el sentido de que se ha asumido como modelo de funcionamiento “normalizado” el que chicos y chicas tengan espacios y tiempos propios.
Finalmente, no se puede perder de vista que fenómenos como el botellón son también reactivos frente a modelos de ocio comercial y monetizado de gran calado. Nuestra sociedad necesita revisar la manera en que culturalmente se entiende “qué significa ser joven y comportarse como tal”. Y debe hacerlo analizando dinámicas, estructuras, discursos y valores que no sólo son responsabilidad de la juventud, sino del conjunto de la sociedad.
Ante todo ello, a la hora de plantear alternativas y estrategias preventivas, es necesario ser consciente de que las propuestas deben partir del respeto a la independencia juvenil, deben contemplar la capacidad de elección de un espacio propio y fomentar la reducción o ausencia de intereses comerciales. De otro modo, difícilmente podrán ser asumidas por adolescentes y jóvenes como alternativas reales, sobre todo si se les sitúa ante la disyuntiva de elegir entre unas y otras.
Ello no debe desanimar la labor de educadores, familias, profesionales y sector público. Sigue existiendo la necesidad de generar y dar a conocer alternativas de ocio saludable. Este ejercicio forma parte del deber y la responsabilidad de adultos que se preocupan por el bienestar de los y las jóvenes y que, por ello, procuran que tengan ante sí una amplia paleta de posibilidades de ocio y socialización.
Y recuerda, si no puedes hacerlo solo o sola, en Servicio PAD, prevenimos y tratamos las adicciones en adolescentes y jóvenes del consumo de alcohol y/u otras drogas, del uso abusivo de la tecnología o con riesgos o problemas asociados al juego de azar.
¡Llámanos! 699 480 480
Juan C. Ballesteros
SociológicaTres