En los últimos tiempos se ha empezado a hablar en círculos cada vez más amplios del CBD. Lo estamos empezando a ver como componente de productos tales como aceites, cremas, bebidas, comestibles, inciensos y más, tanto en anuncios de televisión o como reclamo en las perfumerías… En estos contextos se presenta como un componente “natural y beneficioso”. Pero, ¿Qué es realmente el CBD?
El Cannabidiol, también conocido como CBD, es uno de los múltiples cannabinoides que componen la planta de la Cannabis Sativa, de los cuales algunos son psicoactivos por sus efectos y otros no. La tenencia de CBD, venta o consumo no está penado por la ley, por lo que pueden verse también en los escaparates de las llamadas Grow Shops o tiendas que venden productos relacionados con el cannabis.
Debido al debate que puede generar este componente y la proliferación de sus diversos usos, así como a la confusión que puede generar especialmente entre los más jóvenes esta “imagen inocua” que se “vende”, se plantean algunas cuestiones que conviene aclarar…
Por un lado, es importante que desmitifiquemos 2 de las ideas erróneas más extendidas o mitos acerca del CBD:
- El CBD tiene efectos psicoactivos relacionados con la relajación.
Hasta ahora todos los estudios han demostrado que el CBD no tiene efectos psicoactivos, esto implica que no tiene los mismos efectos que un consumo de marihuana al uso. Por este motivo, no está incluido en la lista de estupefacientes, como sí lo está el THC (tetrahidrocannabinol), que es el principal cannabinoide psicoactivo de la planta de marihuana y tiene categoría de sustancia ilegal. Lo que ocurre es que muchos de los productos que se venden como CBD legalmente pueden contener un mínimo de 0,02 de THC, con las dificultades que conlleva controlar que esta cantidad sea la exactamente permitida. Esta posibilidad de que incluya algo THC también puede utilizarse como reclamo publicitario para su venta. Por tanto, es falso. El CBD no tiene efectos psicoactivos relacionados con la relajación.
- El CBD tiene efectos medicinales y por tanto es un componente sano o inocuo.
Los posibles efectos terapéuticos del CBD aún se están investigando, esto implica que no se conoce su eficacia real frente a diversas enfermedades, así como tampoco los posibles efectos adversos. Existe mucha información en las redes sobre supuestos beneficios para la salud del CBD, lo cual no implica que sea beneficioso para todas las personas y en todos los casos, sin un diagnóstico previo.
Cuando la población adolescente recibe este tipo de mensajes, puede constituir un factor de riesgo para el consumo de cannabis, ya que al ser información sesgada, lo que se percibe es que en general la planta de marihuana tiene efectos terapéuticos y su consumo conlleva menos riesgos que otras sustancias, lo cual es una información falsa.
Por otro lado, queremos incidir en la importancia de reflexionar acerca de cuál puede ser la percepción del riesgo de la sustancia en las personas adolescentes y jóvenes, ya que si no provoca efectos en el sistema nervioso central y además cuenta con limitaciones importantes en su uso terapéutico, ¿cómo se justifica tanto reclamo y qué consecuencias puede implicar?
En general, todo lo relacionado con el cannabis está envuelto de un marketing bastante estudiado, sus promotores son conocedores de que todo aquello que tiene que ver con la planta de la marihuana vende, como por ejemplo la cantidad de productos que se fabrican con la hoja de marihuana como imagen central (ropa, pendientes, monederos, etc.). ¿No será el CBD un producto más que rentabilizar usando esta misma técnica y aprovechando la presencia en nuestra sociedad que ya tiene la planta?
Como familias u otros profesionales de referencia, agentes educativos y preventivos, es importante que seamos conscientes de estas “trampas” y reflexionemos sobre las ideas y creencias que esto transmite entre la población adolescente y joven:
- Visualmente el CBD es muy similar a lo que comúnmente se consume en la calle como marihuana, lo que puede contribuir a una idea de normalización de la sustancia, así como una disminución en la percepción de riesgo.
- En segundo lugar, si recibimos tantas informaciones contradictorias y con poco detalle, corremos el riesgo de que la población adolescente y joven reciba una información sesgada y esto ayude a la generación de mitos y creencias que contribuyan a una imagen social positiva de la sustancia.
- Por último, algunos de los consumos de CBD se producen cuando una persona ha abandonado el consumo de cannabis, como una manera de superar el momento de abstinencia, pero, ¿No tiene esto la misma representación social? ¿No se está usando con los mismos fines de evasión que cuando se consume cannabis?
Se escuchan y leen muchas cosas en diferentes sitios, (en las redes, internet, grupo de iguales, etc.) y algunas de estas ideas pueden que sean ciertas, pero otras no.
Desde el ServicioPAD, sabemos que para prevenir, debemos dotar a los adolescentes y jóvenes de información veraz y conocimientos, para que conozcan qué hay de cierto y qué es falso de lo que se habla sobre drogas, ayudándoles a reflexionar sobre mitos o falsas creencias frente al consumo y despertando en ellos el pensamiento crítico y su reflexión.
Trabajamos sobre los riesgos y problemas asociados para lograr aumentar su percepción de riesgo, ya sea frente al CBD, o cualquier otra sustancia, fomentando su desarrollo de actitudes y creencias positivas hacia la salud.
Queremos que adolescentes y jóvenes dispongan y adquieran de las pautas necesarias que les permitirán afrontar y enfrentarse los retos y situaciones que la vida les ponga, incluidas las asociadas al consumo de drogas u otras conductas adictivas, a evitar, retrasar o minimizar el impacto que hayan podido causar en su persona o en su entorno y a favorecer su desarrollo saludable.
Trabajamos cada día para ello, ¡Podemos ayudarles y podemos ayudaros!
Laura Batanero Díaz y Teresa García Conde
Educadoras Sociales de Servicio PAD