Un teléfono móvil es, sin ninguna duda, uno de los regalos más deseados por nuestras hijas e hijos desde edades cada vez más tempranas. Las motivaciones que esgrimen son diversas: relacionarse con sus compañeros/as de clase, poder conocer su localización cuando salen o hacer las tareas escolares del aula virtual. Pero, en muchas ocasiones, las familias toman la decisión de darles este primer móvil presionados por otras familias que ya lo han hecho antes, una razón que no debe ser determinante a la hora de tomar esa decisión. La decisión de dar o no un móvil no debe basarse en la edad o en lo que hacen el resto de las familias sino en el propósito o motivación que tiene darles acceso a este dispositivo y el nivel de madurez que tienen para darle un uso responsable y seguro.
Debemos de ser conscientes de que el uso del móvil requiere una planificación familiar. Cuando entregamos un móvil a nuestros hijos e hijas les estamos dando la posibilidad de acceso a una gran variedad de información, relaciones y contenidos. Niños, niñas y adolescentes manejan la tecnología desde edades muy tempranas, pero no significa que siempre sean conscientes de los riesgos a los que pueden exponerse.
Evaluar su nivel de madurez y son algunas de las claves para favorecer una convivencia segura con la tecnología. Una vez que hayas tomado esta decisión de forma meditada y consciente, hay una serie de consejos que pueden ayudarte:
- Es aconsejable que previamente pueda existir un periodo de trabajo conjunto con la familia. De esta manera, la familia acompaña y guía progresivamente a sus hijas e hijos en el uso del móvil y sus aplicaciones (juegos, redes sociales, etc.) De este modo podemos evitar que se enfrenten solos y solas a sus primeras experiencias digitales. Igual que en otros ámbitos de la educación, nos esforzamos mucho por enseñarles a hablar, comer, vestirse, montar en bici, estudiar etc., no debemos dejar de lado la parte digital de su vida, donde también necesitan nuestro acompañamiento y apoyo. También podemos, para edades tempranas, utilizar un móvil sin internet, que sólo pueda conectarse a la WIFI de casa.
- Supervisa y establece límites y normas adecuadas para su edad y su nivel de madurez, que favorezcan un uso responsable y moderado del móvil. Es fundamental pactar unos espacios y horarios de uso del móvil. Asegúrate de que no genere desequilibrio en su vida, quitando tiempo de otras actividades clave en su desarrollo (dormir, comer, estudiar, jugar off-line, etc.). Al principio puede ser útil el uso de algún software de control parental, pero no dejéis de lado vuestra responsabilidad, ya que no hay mejor supervisión que la de su familia. Es un proceso de aprendizaje que conlleva tiempo e implicación por parte de los padres porque en la mayoría de las ocasiones el cerebro de nuestras hijas e hijos no está preparado para entender ciertos riegos.
- Guíales en el uso de las RRSS, videojuegos, etc. Debemos ser conscientes de que al permitirles utilizar un móvil les estamos damos acceso a un mundo lleno de posibilidades, con mucha información a su alcance y con canales de comunicación abiertos en la Red. Por eso es importante guiarles, para que identifiquen cuáles pueden utilizar y cuáles no. Reflexiona con ellas y ellos sobre los peligros que se pueden encontrar y sobre el manejo de sus datos, que quizás pueden ver más personas de las que esperan.
- Mostrarles un buen el ejemplo. Las familias somos los referentes de nuestros hijos e hijas en muchos aspectos, por ese motivo, nuestro comportamiento respecto al uso de la tecnología ha de ser tan saludable y responsable como el que les pedimos.
- Busca espacios de desconexión donde estén presentes otras alternativas de ocio: Reflexiona con ellas y ellos sobre la necesidad de tener momentos libres de tecnología para toda la familia que nos permitan el acceso a otro tipo de experiencias y actividades que beneficien su desarrollo, o en los que simplemente necesiten estar concentrados/as en sus estudios o su descanso. Busca momentos en los que se favorezcan las relaciones personales cara a cara y no solo virtuales.
Y si necesitas ayuda, desde Servicio PAD… ¡podemos ayudarte!
Rocío Gangoso
Orientadora Familiar del Servicio PAD