Desde el Servicio de Prevención y Tratamiento de Adicciones, ServicioPad, estamos haciendo una serie de posts con recomendaciones básicas para familias relacionadas con la situación de alarma sanitaria. En el caso de hoy, nos centraremos en el último aspecto a propósito del confinamiento y que hace referencia al entretenimiento y el ocio en casa, algo que puede funcionar muy positivamente como diversión o como de válvula escape ante malestares y tensiones, pero que también puede ser motivo de roces o conflictos, dependiendo de su planificación y manejo dentro de la familia.
Pero quizá este sea uno de los aspectos más difíciles para negociar en casa en estos momentos, que sabemos que es útil, no solo para matar el aburrimiento, sino como el contrapunto necesario que equilibre la parte de responsabilidades, tareas y rutinas con las que hay que cumplir y como antídoto ante preocupaciones, incertidumbres y otros malestares ya que nos ayudan a liberarnos de estas presiones.
Pero la situación de confinamiento, la imposibilidad de salir de casa, le da una vuelta de tuerca a este equilibrio ya complicado de por sí, en el que las tensiones son mayores y el contexto mucho más limitado. Por un lado, hay actividades de uso habitual, que ahora no son posibles, el abanico de opciones parece menor, se corre el riesgo de que haya poca variedad, un uso excesivo de algunas formas de entretenimiento o falta de acuerdos o cumplimiento de pautas.
Este es el punto de partida y quizá lo estéis viendo así, pero no todo es negativo, tenemos la posibilidad de explorar otras opciones, probar cosas nuevas, usar la imaginación y la creatividad, hacer aquellas cosas para las que no siempre hay tiempo, o rescatar actividades o juegos de toda la vida y compartir momentos familiares. Puede ser divertido y una nueva oportunidad para reforzar vínculos y pasar tiempo con tus hijos e hijas, para encontraros, hablar, compartir, ayudaros y acompañaros en estos momentos que no dudo serán muy difíciles para todo el mundo.
Una cuestión importante a tener en cuenta es la edad de nuestros/as hijos e hijas, lo cual marca claramente la diferencia en cómo enfocar este aspecto. Quizá cuando son más peques sea más fácil y en la adolescencia resulta más complicado, ya que se juntan una serie de factores que definimos a continuación:
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Suele ser un momento en que el ocio en familia se reduce.
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Se le da mayor importancia al contacto con iguales.
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El tiempo que se pasa en casa es más limitado.
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Menor entendimiento y, por lo tanto, mayor distancias con padres y madres.
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Búsqueda de sensaciones o experiencias nuevas.
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Las actividades a realizar dentro de casa resultan menos motivadoras y distraen menos que en la infancia.
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Mayor dificultad para acatar o asumir normas y límites.
Es necesario tener todo esto en cuenta y entender cómo se sienten para afrontar la situación con menos conflictos como ya os comentábamos en el post anterior.
Por último, aquí os dejamos algunas recomendaciones sobre como manejar el entretenimiento y el ocio en familia:
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Debe de haber espacios individuales y espacios en familia. La edad y las circunstancias particulares de cada persona y familia marcarán este reparto.
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Mantén un equilibrio entre ambas opciones evita el aislamiento (se encierra en su habitación todo el día, etc.)
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El entretenimiento y el ocio es una rutina más y debe tener también sus reglas. No permitas el caos, ten en cuenta que después las cosas van a volver a la normalidad y reestructurar cosas que se han perdido es mucho más difícil que mantenerlas.
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Escoger y negociar las alternativas que deben ser variadas.
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Busca y fomenta el ocio y tiempo libre sin pantallas.
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Mantén un equilibrio respecto a las nuevas tecnologías. Esto que puede ser complicado en circunstancias normales, ahora es mucho más difícil, ya que es una herramienta indispensable para las tareas académicas y para estar en contacto con sus amistades (muy importante para ellos y ellas, como ya hemos señalado antes) o familiares. Y además ofrecen un mundo de alternativas de entretenimiento y ocio, pero no pueden ser el único recurso, ya que la necesidad de su uso para estas otras tareas ya les esta dando demasiado espacio y un uso excesivo puede acarrear diversos problemas.
Pautas básicas:
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Define un tiempo para cada cosa: para tareas académicas, para entretenimiento, para conectar con amistades o familia. Si todo está mezclado será más difícil poner límites y orden.
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Marca horarios y rutinas sin pantallas.
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Deben quedar fuera de las habitaciones en las horas de sueño y descanso y durante las tareas académicas.
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Evita el uso siempre en la habitación, llévalo a los sitios comunes para que te permita una mayor supervisión.
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Negocia todos estos aspectos, se flexible, no te quedes solo con tus opiniones, escucha y permite que se sientan parte de la decisión, y puedan aportar sus ideas.
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Explica bien la situación. No es por que sí, por capricho o por molestar, tiene que ver con el cuidado, con evitar riesgos y problemas.
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Usa la empatía para cuando vayas a poner límites: explícales que entiendes que se aburran, por ejemplo, añadiendo que las personas adultas también nos aburrimos, nos ponemos tristes, etc., pero que hay muchas maneras de manejar esto y es necesario diversificar.
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Ten paciencia y calma.
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No te quedes solo en el ‘no’. Ofrece alternativas sin pantallas, da opciones de lo que sí se puede hacer.
Os animamos a buscar alternativas positivas para afrontar esta difícil situación, y por supuesto tenéis la posibilidad de acceder a los contenidos de nuestra web (www.serviciopad.es) que os puedan ser de utilidad.
¡Mucho ánimo y… #QuedateEnCasa!
Inés González Galnares ( Psicóloga Clínica), María Bejarano López ( Psicóloga y Orientadora Familiar CAD de San Blas), Mariana Miracoli Costales (Psicóloga y Oientadora Familiar CAD de Latina) e Isabel Romero Carmona ( Educadora Social CAD de Latina)
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