En este blog hablamos con frecuencia sobre cómo prevenir conductas potencialmente adictivas o de riesgo desde la familia.
A menudo, las familias que atendemos en el Servicio de Prevención de Adicciones www.serviciopad.es (Ayuntamiento de Madrid) nos plantean dudas sobre la aplicación de normas y estrategias de comunicación cuando hay varios hijos/as en casa.

Una de las preguntas más frecuentes es: «Si detecto señales de alarma en un hijo/a en relación con el uso de tecnologías digitales (redes sociales, videojuegos,
navegación por internet), consumo de sustancias o apuestas deportivas
, ¿debo aplicar las mismas normas a todos los hermanos y hermanas para evitar comparaciones?»

Por ejemplo, si mi hija de 14 años hace un uso abusivo de los videojuegos, afectando a su relación familiar, reduciendo su ocio fuera de casa, interfiriendo en su sueño, alimentación y rendimiento escolar, una posible medida sería establecer un horario de uso de pantallas.
Si tengo otro hijo de 15 años y otra hija de 10, ¿debería aplicar la misma restricción a todos?

Factores que hay que considerar

  1. En la adolescencia se ve una mayor impulsividad debido a que el cerebro se continúa desarrollando hasta aproximadamente los veinte años, a esto se incluye la mayor importancia del grupo de amigos y el empezar a plantearse aspectos que antes no se planteaban y a querer que se escuchen sus opiniones, en ocasiones se muestra en forma de rebeldía.
  2. Es frecuente que se comparen con otras personas sean de su misma familia, amistades o compañeros y compañeras de colegio o de alguna actividad de ocio. Por lo que suele ocurrir que comparen los horarios que se les deja de uso de nuevas tecnologías o si tienen mejor o peor dispositivo electrónico o por ejemplo si el “todos los de su clase tiene mejor móvil o no tiene normas de uso de TIC”.
  3. Por propio desarrollo, tanto físico como psicológico no es igual tener 10 que 15 años, aunque es cierto que hay adolescentes que con 14 años tienen un uso más autorregulado o respetan más las normas de horarios de uso de TIC y otros que menos. Con esto nos referimos a que hay que tener en cuenta tanto la edad como el desarrollo madurativo de cada persona en concreto.

Cuando decía que los padres y madres o adultos de referencia de los y las adolescentes muestran dudas sobre pautas de normas y comunicación, me refería a que en ocasiones dudan si poner las mismas indicaciones a los 3 hijos o si tras tanto conflicto por el uso de nuevas tecnologías van a conseguir cambiar la forma de comunicarse de la manera recomendada.

¿Deben aplicarse las mismas normas a todos los hijos/as?

No es necesario aplicar exactamente las mismas normas a todos los hijos/as, ya que cada uno tiene una edad y nivel de madurez diferente. Es recomendable ajustar las normas en función de su desarrollo y sus necesidades.

Como conclusión daríamos las siguientes ideas:

  • Aunque es frecuente que se comparen es importante que ajustemos las normas a la edad de cada miembro de la familia y a su situación, aunque cabe destacar que SÍ es recomendable tener unas normas y una supervisión del uso de nuevas tecnologías en adolescentes, aunque se puede adaptar su aplicación según la edad, por ejemplo, estableciendo horarios de uso diferenciados o ajustando la hora en la que deben dejar el móvil antes de dormir.
  • Si detectamos que está afectando a distintas áreas de su vida, se pude negociar cómo poder ayudar a qué estás áreas dejen de estar afectadas, por ejemplo, buscando algún tipo de apoyo académico, marcando un horario de sueño, poniendo como norma alguna actividad en familia y alguna actividad de ocio en persona con personas de su edad.
  • Mostrar empatía, entendemos que le gusten los videojuegos y no queremos que deje de usarlos, pero habría que organizar el tiempo para que pueda dedicar tiempo a los videojuegos sin que afecte al resto de áreas.
  • Interesarnos por sus gustos, y si solo muestra motivación por las nuevas tecnologías intentar fomentar otros intereses, ya que, si ofrecemos como alternativa responsabilidades como estudiar o ayudar en casa, habría que proponer también ocio para que pueda divertirse.
  • Implicarles en tareas de casa, aunque no se necesita que sean más de dos o tres, pero sí que entiendan que las tareas de casa son responsabilidad de las personas que viven en esa casa.

Es normal que los adolescentes se comparen entre sí o con sus amigos, pero las normas deben adaptarse a las necesidades individuales.  El objetivo no es que todos tengan exactamente las mismas reglas, sino que haya coherencia y equilibrio en su aplicación.
En caso de tener dudas sobre cómo gestionarlo recomendamos contactar con el Servicio de Orientación Familiar de Madrid Salud.

Mariana Miracoli Costales

Psicóloga y Orientadora Familiar del Servicio PAD