En muchas ocasiones, cuando hablamos de prevención de adicciones en el consumo de sustancias, se nombra el ser un “buen modelo” para nuestras hijas e hijos, los mensajes preventivos y las normas y supervisión.
Entre las sustancias más consumidas entre adolescentes (14-18 años) según el ESTUDES 2021, se encuentran, en primer lugar, el alcohol, en segundo el tabaco, en tercero el cannabis y, en cuarto, los hipnosedantes.
En este caso nos vamos a centrar en el consumo de alcohol, y os planteamos una reflexión: A veces, ante la sospecha o el conocimiento del consumo de alcohol en adolescentes , escuchamos frases como estas:
- “Es que está en la edad”.
- “Todos/as lo hacen/lo hemos hecho”.
- “Se tiene que divertir, y ahora los/las jóvenes se divierten así”.
- “Es que estaba celebrando que había terminado los exámenes o un cumpleaños”.
¿Las habéis oído alguna vez?
Antes de entrar a comentar más en profundidad estas frases que se suelen decir desde la empatía, es importante comentar que, aunque en la relación y comunicación con ellos y ellas es fundamental la empatía, hay que tener especial cuidado en mensajes que pueden estar normalizando conductas de riesgo para ellos y ellas.
Otro aspecto a destacar es el por qué se considera una conducta de riesgo el hecho de consumir alcohol, la explicación sería la siguiente: Durante la adolescencia la persona no está todavía formada del todo, sino que sigue en desarrollo, y una de las partes de la persona que se sigue desarrollando es EL CEREBRO, órgano que se ve afectado al consumir drogas.
¿Qué más podemos reflexionar sobre estas frases? La función o el “para qué” se utiliza el consumo de alcohol. Algunos ejemplos son: para divertirse, para celebrar, para relajarse después de una situación que nos genera ansiedad, etc.
¿Es muy diferente este “para qué” lo utiliza la población adolescente del uso que hace la población adulta? No, en la edad adulta también se suele utilizar el consumo de alcohol en celebraciones, para divertirse o después de una situación que nos afecta emocionalmente.
Este uso adulto de alcohol en celebraciones de cumpleaños, bodas, familiares, al reunirse con amistades o al afrontar un mal día en el trabajo, una discusión o ruptura de pareja, etc., las ven, aprenden y reproducen los y las adolescentes.
Por lo tanto, es importante que, aparte de tener especial cuidado con los mensajes que decimos sobre el consumo de sustancias y que pueden normalizar estas conductas de riesgo, también reflexionemos sobre el uso que ven del alcohol o de las diferentes sustancias nuestros hijos, hijas, sobrinos, sobrinas, nietos, nietas, hermanos o hermanas pequeños, alumnos o demás adolescentes cercanos.
Por ello, os planteamos esta reflexión tanto sobre los mensajes que podemos decir sobre el consumo en adolescentes como de nuestro propio ejemplo si tenemos relación con algún o alguna adolescente.
Si tenéis alguna duda sobre la prevención de adicciones en la adolescencia, ya sea consumo de sustancias, uso abusivo de nuevas tecnologías o apuestas deportivas y juegos de azar, o queréis aprender a identificar más de estos mensajes que a veces comentamos con la mejor intención, pero pueden estar normalizando y no protegiendo a estos y estas adolescentes frente a ciertos riesgos podéis contactar con nuestro servicio.
Mariana Miracoli
Psicóloga y Orientadora Familiar del Servicio PAD