Dentro de la dinámica familiar, la comunicación es uno de los elementos clave para generar un clima familiar adecuado.
esto cobra especial relevancia en la adolescencia, una etapa en la que el grupo de pares adquiere mayor importancia y la familia puede verse relegada a un segundo plano. esta circunstancia puede generar frustración en las familias, ya que pueden percibir barreras en la comunicación y mayor dificultad para el diálogo.
Nuestro objetivo es mantener una buena relación con nuestras hijas e hijos y fomentar una convivencia sana y positiva en casa.
para ello, la comunicación es una herramienta esencial que debemos cultivar de manera consciente.
Una buena comunicación es un factor de protección ante el desarrollo de conductas adictivas
Una comunicación abierta y sin juicios no solo fortalece el vínculo familiar, sino que también permite detectar de manera precoz, cambios en el comportamiento adolescente. las familias con una comunicación fluida pueden identificar señales de alerta relacionadas con el abuso de tecnologías digitales, el consumo de sustancias o el juego de apuestas, permitiendo una intervención temprana.
Estrategias para fomentar una comunicación familiar efectiva
- Usa el lenguaje no verbal para mostrar interés (asentir con la cabeza, hacer sonidos de confirmación, resumir lo que la otra persona ha dicho).
- Haz preguntas abiertas en lugar de preguntas cerradas para facilitar la conversación (ejemplo: ‘¿qué tal te ha ido el día?’ en lugar de ‘¿has tenido un buen día?’).
- Usa refuerzos o cumplidos como ‘me gusta hablar contigo’ o ‘muy bien’, ya que favorecen el diálogo y refuerzan la autoestima.
- Si surge otro tema de conversación, no temas posponer la conversación inicial y aprovechar la oportunidad para dialogar sobre lo que le interesa a la otra persona.
Errores que hay que evitar en la comunicación familiar
- No responder a una pregunta con otra, ya que puede percibirse como un interrogatorio.
- No ponerse a la defensiva, interrumpir o desviar la conversación.
- No juzgar ni acusar a la otra persona. en su lugar, define el problema de manera objetiva.
- Evita las comparaciones y las etiquetas como ‘tú eres…’ o ‘siempre…’. elegir bien las palabras es fundamental.
- No utilices sarcasmo o burla, ya que hace sentir mal a la otra persona y distorsiona el mensaje.
- Evita las descalificaciones o insultos como ‘eres un flojo’, ya que pueden generar rechazo y cortar la comunicación.
- No te centres solo en correcciones o reproches. si el foco está exclusivamente en lo negativo, la otra persona puede evitar futuras conversaciones.
- No uses un lenguaje amenazante o intimidatorio como ‘si no haces lo que digo, ya verás…’, ya que genera rechazo y distancia.
En conclusión:
La comunicación en la familia es una herramienta clave para generar un clima agradable y un ambiente de confianza y apoyo.
nos va a permitir establecer puentes que nos ayuden a la hora de acercar posturas y facilitar el entendimiento y la comprensión, especialmente en los momentos más complicados, como la adolescencia.
Si aplicamos estrategias de comunicación familiar efectiva y evitamos errores comunes, podremos fortalecer el vínculo con nuestras hijas e hijos, prevenir conflictos y actuar a tiempo frente a posibles conductas de riesgo.
César Gil Ballesteros
Psicólogo y Orientador Familiar del Servicio PAD