En ocasiones, las madres y los padres que atendemos en nuestro servicio nos comentan que observan en sus hijas e hijos una aparente falta de empatía hacia las demás personas.
La adolescencia es una etapa en la cual ciertas características personales pueden acentuarse, dejando menos espacio para algunas habilidades sociales. Sin embargo, es posible fomentar en adolescentes actitudes que promuevan la empatía.
¿Qué es la empatía?
La empatía es la capacidad de “ponerse en la piel de otra persona” y comprender cómo se siente. Se trata de una habilidad fundamental para establecer relaciones saludables y armoniosas.
La empatía se desarrolla a través de la escucha activa y la observación y está estrechamente vinculada con la inteligencia emocional. Una persona con un alto nivel de empatía es capaz de gestionar sus emociones y comprender las de los demás.
¿Qué beneficios tiene una buena empatía?
– Nos ayuda a comprendernos mejor a nosotras y nosotros mismos.
– Favorece el desarrollo y la adaptación emocional.
– Facilita mejores relaciones interpersonales.
– Fortalece la autoestima, la seguridad y el equilibrio.
¿Qué sucede con la empatía en la adolescencia?
- La adolescencia es una etapa clave para el desarrollo de la empatía, aunque es una habilidad que se cultiva a lo largo de la vida.
- Las y los adolescentes que han desarrollado un apego seguro y se sienten apoyados por sus figuras de referencia muestran mayor empatía hacia las demás personas.
- Las personas adultas pueden ayudar a fomentar relaciones seguras y empáticas en adolescentes.
- Las amistades en esta etapa proporcionan un contexto clave para practicar el apoyo mutuo y la empatía.
Consejos para ayudar a desarrollar la empatía en adolescentes
- Reflexiona sobre tu propio nivel de empatía y da ejemplo con tus acciones, mostrando interés genuino por comprender a los demás.
- Valora lo que tu hija o hijo te cuenta, prestando atención a sus sentimientos sin juzgarlos.
- Ayúdale a reconocer y gestionar sus emociones.
- Modela comportamientos empáticos y refuerza sus intentos por entender y ser sensible a los sentimientos de otras personas.
Las y los adolescentes con mayor nivel de empatía tienden a ser menos agresivos, exhiben menos prejuicios y es menos probable que adopten comportamientos inadecuados hacia los demás.
La empatía comienza con sentirse seguro y conectado. Construir relaciones basadas en la confianza y la seguridad emocional permite que adolescentes experimenten la empatía de primera mano. Tu papel como referente puede ser clave para que desarrollen esta habilidad tan necesaria.
Pilar Coello Sánchez
Psicóloga y Orientadora Familiar del Servicio PAD