¿Hasta qué punto son importantes las habilidades sociales en la vida? ¿Las habilidades sociales nos protegen? ¿Y frente a los riesgos relacionados con las adicciones?
Siempre que una persona se inicia, presenta conductas de riesgos, una conducta problemática o, ya ha desarrollado una adicción (con o sin sustancias), es inevitable pensar en los motivos que le han llevado a hacerlo…
Como profesionales, siempre nos surge la duda de si se podrían haber trabajado antes algunas competencias o habilidades sociales para haberlo evitado, retrasarlo o minimizado. Sin duda, hubiera sido un buen factor de protección para esa persona, especialmente si se encuentra en la etapa adolescente, pero ¡nunca es tarde!
Según un artículo publicado en Neuron UP, las habilidades sociales son “el conjunto de estrategias de conducta y las capacidades para aplicar dichas conductas que nos ayudan a resolver una situación social de manera efectiva, es decir, aceptable para el propio sujeto y para el contexto social en el que está”. Estas habilidades nos permiten expresar nuestros sentimientos, opiniones, relacionarnos, comunicarnos… pero ,también, algo básico: entender y respetar la opinión de las demás personas. Pero ¿hasta qué punto las habilidades sociales pueden ayudar a prevenir o, incluso, a hacer frente a una adicción?
Las HHSS juegan un papel muy importante en nuestras vidas, en nuestro día a día, y, en concreto, cuando hablamos de adicciones. Debemos saber que la carencia de habilidades sociales, es un factor de riesgo más que puede presentar la persona adolescente/joven frente a estas, pero, por supuesto, no es determinante ni condicionante.
Son muchas y variadas las habilidades sociales, por tanto, ¿cuáles serían las principales que se deben tener o reforzar para evitar, retrasar o reducir una adicción? Destacamos algunas:
- Capacidad de decir “NO” frente a la presión grupal.
La adolescencia es una etapa en la que prima la necesidad de aceptación en el grupo de iguales, la necesidad de sentirse “parte del grupo”. La presión de grupo es una situación que se presenta en la que alguien accede a hacer algo que no quiere, porque se ha sentido empujado a ello o no ha podido mantener o defender otra postura “¿tus amistades tratan de convencerte? ¿te cuesta quedarte en tu postura o decisión y te dejas llevar?”. Es por esto, que será muy difícil decir “no” ante la presión en una determinada situación. Si, por ejemplo, una chico/a no tiene esta “herramienta” para hacer frente a presión social de su grupo de iguales, le será mucho más difícil decir NO cuando le ofrezcan drogas, decir NO a jugar partidas infinitas de videojuegos o decir NO a apostar… El grupo de iguales es importante, pero no debemos olvidarnos de uno/a mismo/a ni “perdernos” por agradar a los demás y debes saber que existen muchas maneras de manejar esta situación.
- La asertividad.
Al igual que la capacidad de no aceptar algo que no nos gusta o incomoda, la asertividad es una de las habilidades más importantes ante una situación negativa. Si una persona goza de un buen manejo de la asertividad, será capaz de manejarse en una situación de forma respetuosa aportando las razones que tiene para no aceptar lo que le ofrecen y a la vez no juzgando a las personas que sí lo hagan. El estilo asertivo, es el que más favorece la comunicación ya que utiliza mensajes respetuosos que no enjuician ni reprochan la conducta de los/as demás. Así nos afirmarnos a nosotras mismas/os, a través del derecho a expresar nuestras propias ideas y sentimientos, y a comportarnos como realmente queramos, siempre que respetemos esos mismos derechos en los otros/as.
- Pedir ayuda cuando se necesite.
Esta es una de las cosas que más nos suele costar, ser capaces de pedir ayuda. Cuando una persona es consciente de que ha perdido el control, es fundamental que sea capaz de reconocer que tiene un problema y exprese que necesita que le ayuden a cambiar aquello que no quiera. Pedir ayuda es sin duda un gran paso, y el factor tiempo es fundamental en el caso de las adicciones a la hora de pedir ayuda profesional, nos ayudamos a nosotros mismos/as pidiendo ayuda y dejándonos ayudar.
Muchos de los consumos en las personas adolescentes y jóvenes comienzan con la presión grupal y la dificultad para decir “no” en situaciones tales como cuando: un colega trae un porro a una fiesta de cumpleaños, el amigo mayor de edad que compra el alcohol para el botellón… y la frase de “venga anda, si lo estamos haciendo todos”…
Si en todas estas situaciones descritas ya sean sus experiencias y vivencias “buenas o malas” cuentan con una “mochila” llena de habilidades sociales, eso, sin duda, será una “poderosa” herramienta que evitará o reducirá las posibilidades de que un acto inicial se convierta en un abuso de las sustancias, o uso abusivo de las pantallas o incluso “jugársela” con los juegos de azar y apuestas.
Cuando la persona adolescente joven acude al ServicioPAD por presentar conductas de riesgo frente a las adicciones (con o sin sustancia) o ya con conducta adictiva, comprometiendo y poniendo en riesgo su desarrollo madurativo, es muy probable que sus habilidades sociales estén comprometidas. Desde la figura de Educación Social uno de los objetivos de la intervención socioeducativa es precisamente fomentar los factores de protección y abordarlos para su cambio. Les empoderamos frente a los posibles riesgos de la vida, como son las drogas, el uso abusivo de las TIC, o el trastorno por juego de azar, dotándoles, entre otras cosas, de habilidades sociales, como valiosísimas herramientas para su vida.
¡Desde Servicio PAD podemos ayudaros!
Llamadnos al 699 480 480 o mandadnos un mail a prevencionadicciones@madrid.es
Lucía Ruiz Martínez
Educadora Social del Servicio PAD