¿Cómo es posible que no se dé cuenta de lo que está haciendo o de lo que le está pasando?
¿Cómo no ve que le está empezando a afectar o ya está afectando a su vida y de qué necesita ayuda?
¿Qué más necesita que pase?
Cuando en nuestro entorno cercano alguien empieza a tener conductas de riesgo relacionadas con las adicciones, (y sin tener que esperar a que desarrolle una adicción), especialmente si es una persona adolescente o joven, tan importante es que él o ella conozca los recursos especializados en adicciones, como especialmente sus familias y/u otros adultos de referencia, que desde su valiosísimo papel pueden anticiparse, detectando el riesgo o problema, así como la necesidad de ayudarles a buscar ayuda profesional.
En el Servicio de Prevención de Adicciones, Servicio Pad, de Madrid Salud, como equipo técnico de prevención de adicciones con adolescentes y jóvenes, nos encontramos a menudo con que un porcentaje de adolescentes y jóvenes que llegan, carecen de un elemento fundamental: la motivación. Por tanto, tenemos presente que cada persona tiene su momento.
Si la motivación de la persona no está en el punto para empezar a intervenir, primero, nos situamos a su lado para ayudarle en su camino hacia el cambio. ¿Y qué significa esto?
Ayudar a una persona a dar el primer paso, es un camino desde el momento más preventivo cuando “asoman” los riesgos frente a la conducta adictiva, hasta cuando se convierte en problemática o en adicción, que es el momento de ayudarla a ayudarse a sí misma. Conscientes de ello, desde el equipo de Educación Social acompañamos y apoyamos, para que la persona adolescente o joven dé su primer paso y tome otro “rumbo” frente a cualquiera de las conductas adictivas.
Por ello, antes de pretender que dé el paso para cambiar su conducta, es necesario conocer si presenta motivación al cambio y cuál es. Primero conocer ¿qué le empuja a cambiar? O ¿viene “empujado” por la preocupación de su familia y/u otros adultos de referencia? Valorar cuál es su momento es crucial para saber si podemos pedirle cambiar su comportamiento o si está en fase temprana donde no es consciente de lo le ocurre, por muy claro que su entorno lo vea... Debemos conocer “su casilla de inicio” y comprenderle, haciendo que nuestra ayuda sea eficaz.
De forma sencilla, podemos identificar distintos momentos por los que cualquier persona pasa en un proceso de cambio, no necesariamente en este orden y que nos da pistas sobre cuándo y cómo intervenir. Ejemplo del Modelo de los estadios del cambio de Prochaska y Diclemente:
- Podemos estar ante una persona adolescente o joven que piense “yo controlo”, “lo dejo cuando quiera“ o “no fumo demasiado cannabis”, “apostar me ayuda a ser feliz”, “tengo que seguir jugando para ser un jugador profesional”. Es decir, no tiene conciencia del problema (ya sea de consumo de sustancias, uso abusivo de pantallas o trastorno por juego de azar), no piensa que tenga un problema y no busca ayuda y no entiende porque se le pide que lo haga. Y aunque vea o no las consecuencias en su vida, no ve la necesidad del cambio o simplemente no se plantea nada. Suele pasar en aquellos casos en los que la preocupación o conciencia de problema, así como la búsqueda de ayuda profesional viene de su familia o de otros adultos de referencia, pero no de la persona adolescente y joven. Este momento debemos entenderlo y acompañarlo. Por lo que previo a cualquier intervención, es importante establecer vínculo, dándole valor, conociendo su visión de la vida y conducta de riesgo/adictiva, saber quién es, qué le preocupa y por qué le preocupa a su familia… Crear un ambiente facilitador y, después, ir generando la conciencia del problema. Nuestro objetivo en la primera cita es que vuelva, que la sienta como un espacio donde hablar y ser escuchado sin ser juzgado. Si se logra que vuelva, por ende, se logrará más espacio, oportunidad y tiempo para trabajar la toma de conciencia que favorezca el paso al cambio.
- Hay otras personas que piensan “quiero dejar de fumar pero me ayuda porque estoy nervioso/a” , “tendría que jugar menos, pero me ayuda a sentirme bien”. Está en una “balanza” empezando a sopesar que le trae mayor beneficio y muestra ambivalencia: si seguir consumiendo, jugando, hacer uso abusivo de pantallas o ponerse en manos de un profesional. Es consciente de que tiene un problema, pero no quiere ayuda. Aquí, hay que trabajar para romper el equilibrio de esta balanza y que tienda hacia el sí. A veces es un momento corto, pero que tiene mucho valor, ya que quizá es la primera vez que se plantea dejarlo.
- Otras personas adolescentes y jóvenes pueden estar ya motivadas a realizar el cambio y dejar atrás la conducta de riesgo, problemática o adictiva y recibir ayuda profesional. Tienen deseo de cambiar pero no han dado el paso aún. Puede tratarse de un momento fugaz y transitorio, la persona tiene el pie en la puerta y aparecen los miedos o vértigo ya que el consumo, pantallas o juego de azar han representado hasta ahora su apoyo y seguridad y con la que ahora se plantea cortar.
- Y ¡hay personas que pasan a la acción! y realizan algún cambio “Llevo varios días sin fumar/ apostar/ jugar”. Se responsabilizan de su proceso y comienzan a implicarse pero necesitan apoyo para mantenerlo. Se establece el hábito pero no está consolidado y requiere un esfuerzo. El momento de dar paso a la acción o cambio y lograr su mantenimiento está el verdadero reto de la persona adolescente o joven. Es el primer día que se despierta con el objetivo de no consumir, no jugar…Dar el primer paso no es fácil, pero cada paso es importante y que cabe la posibilidad de que no se consiga el propósito a la primera.
- Y por último, hay que contemplar la posibilidad del “tropiezo” de una persona en el camino. Está más vulnerable de lo cree y la sensación de control le juega una mala pasada. Pensando que está recuperada vuelve a realizar la conducta cambiada o en proceso de cambiar. Aquí es fundamental motivar y reconducir lo antes posible a tomar conciencia de cuáles son los motivos que le han llevado a sufrir una recaída con el fin de trabajarlos y que vuelva a encontrarse la fase anterior. Ya tiene mucho camino recorrido y aunque hoy no lo haya conseguido, mañana tiene una nueva oportunidad.
La metamorfosis de las mariposas es una metáfora que simboliza, este cambio de una persona. La motivación para el cambio que obtiene de la persona.
Queremos que adolescentes y jóvenes den el paso al cambio cuando se presenten conductas de riesgo asociadas al consumo de drogas u otras conductas adictivas, y para ello es fundamental PREVENIR. Y juegan un papel fundamental sus familias y/o otros adultos de referencia para detectar y motivar a la persona a que pida ayuda profesional, que le ayude a tomar conciencia de su situación y de las consecuencias que pudieran derivar de continuar con su conducta de riesgo o adictiva.
Desde el Servicio Pad podemos ayudarles, acompañando y motivando a dar el primer paso. La clave es que la persona lo viva como un proceso, se implique y persevere. No existe una receta única.
¿Hablamos?
Llámanos al 699 480 480 o mándanos un mail a prevencionadicciones@madrid.es
Cristina Menéndez Pro
Educadora Social del Servicio PAD
Rocío Rísquez Delgado
Coordinadora Equipo Educación Social Servicio PAD