Poner un toldo en todas las zonas peatonales de la ciudad para evitar la radiación solar sería una posible medida para prevenir el cáncer de piel. Prohibir la circulación de cualquier vehículo que queme hidrocarburos sería también una posible solución para reducir la contaminación del aire que respiramos. Pero estas posibles soluciones no pasan de la categoría de ocurrencias, no son pertinentes, no es posible aplicarlas.

Para buscar una solución al problema del botellón también tenemos que dejar a un lado las ‘ocurrencias’ o las ‘soluciones simplistas’. El botellón nos acompaña como fenómeno social desde hace décadas y sigue ahí, finde a finde, fiesta a fiesta, buscando un lugar en el parque o en la plaza, con un poco de pradera o un trozo de banco para sentarse. La población joven va a seguir reuniéndose para tener un espacio propio, diferenciado de sus adultos de referencia. En una ciudad como Madrid en la que no llegamos anualmente a 60 los días de lluvia, reunirse en una plaza o un parque coincidiendo con el fin de semana, los carnavales, o las fiestas del barrio es una buena idea. Por eso año a año se llenan las fiestas que se organizan en nuestras calles, en nuestros parques. Es parte de nuestra cultura pasar tiempo fuera de casa, con gente que conocemos y queremos. Es parte de nuestra cultura tomar algo mientras nos reunimos para disfrutar de los carnavales, o de la fiesta del distrito. Incluso las leyes permiten consumir bebidas alcohólicas en espacios al aire libre si estamos en ferias, fiestas patronales o similares.

La percepción de riesgo asociada a la ingesta de alcohol es muy baja en nuestro entorno. Y si es nuestro hijo o nuestra hija quien hace botellón solemos responder que nuestra criatura es de las que no beben, que van allí por acompañar a sus amistades, que es posible que lo prueben, pero poco.

Qué vamos a hacer entonces desde el Ayuntamiento cuando lleguen las Fiestas del Pilar, las de San Isidro o los Carnavales. Pues estar allí. En una carpa de Madrid Salud en mitad de la fiesta. Nos acercarnos a las personas jóvenes que están de botellón, hablamos con ellas. Preguntamos sobre su percepción del riesgo de conducir habiendo bebido, de beber mucho en poco tiempo, de cómo influye estar bajo los efectos de alcohol para tener o no sexo, de cómo reducir el riesgo de una borrachera y de qué hacer si un amigo se emborracha. Preguntamos, jugamos un pasapalabra, les proponemos ponerse unas gafas para que sean conscientes de como verán lo que les rodea si se emborrachan, hablamos sobre donde dejar las bolsas vacías de gusanitos, las botellas o los vasos cuando cada cual regrese a casa, de dónde se puede orinar, de lo importante que es hidratarse durante esas horas de fiesta, y de si hay otras posibilidades de ocio aparte de beber.

Pero no solo hablamos con las personas que están en el botellón, no solo las acompañamos hasta el SAMUR si se han pasado de dosis, no solo entregamos preservativos, ceniceros, pegatinas y folletos con información práctica, también hablamos con las que venden alcohol en las proximidades, y nos coordinamos con policía y con las que organizan la fiesta para que nos localicemos en caso de que sea necesario.

Todo esto no aparece de repente el día de la fiesta, ni se terminará cuando recojamos la carpa, ya de madrugada. Seguiremos trabajando con los Agentes Tutores de la Policía Municipal que contactarán con la familia si alguna menor ha tenido que ser atendida, y la pondrán en contacto con nuestros equipos especializados. Seguiremos yendo a los colegios y a los institutos para trabajar con las orientadoras y los tutores. Seguiremos escribiendo en este blog para sensibilizar a familias y profesionales que se preocupan de sus adolescentes y jóvenes. Seguiremos orientando a las familias que contacten con el servicio de prevención para ayudarles en su tarea como padres y madres, continuaremos intentando de aumentar la asistencia a las actividades organizadas desde Deportes y Juventud, coordinándonos con las asociaciones de los barrios…

Seguiremos trabajando a diario para prevenir “antes de la fiesta” y también “durante la fiesta”; porque estar allí también es hacer prevención.

Y recuerda, si no puedes hacerlo solo o sola, en Servicio PAD, prevenimos y tratamos las adicciones en adolescentes y jóvenes del consumo de alcohol y/u otras drogas,  del uso abusivo de la tecnología o con riesgos o problemas asociados al juego de azar.
¡Llámanos! 699 480 480

Carlos Mora

Asesor Técnico del Departamento de

Prevención de Adicciones del Ayuntamiento de Madrid