Sabemos, y lo escuchamos a menudo, que la adolescencia es un momento crucial en la vida de nuestros hijos y nuestras hijas. En esta etapa tan importante, en la que les toca aprender las habilidades necesarias para manejarse en la vida adulta, nos resulta muchas veces complicado entenderles, guiarles o atenderles de la manera que necesitan. Es comprensible. En este trayecto de la vida hay tantas decisiones como indecisiones. Es un periodo en el que las personas empiezan a descubrir quiénes son, qué valores tienen, cuáles son sus capacidades y sus limitaciones, y para realizar esa travesía de crecimiento personal no hay espacio más seguro que la familia. ¿Qué otro lugar van a encontrar nuestras hijas y nuestros hijos donde se les quiera de forma más incondicional?

Autonomía = responsabilidad

Una buena estrategia como progenitores es seleccionar aquellos momentos en los que les ofrecerás tu ayuda y aquellos otros en lo que, por el contrario, te conviene dar un paso atrás en la confianza de que podrán apañarse por sí mismos/as. Así, llegará el día en el que se sientan protagonistas de su vida, y entenderán que la autonomía y la libertad llevan consigo responsabilidad y esfuerzo.

Ayúdale a que aprenda a sopesar pros y contras, a pensar antes de actuar y a tomar decisiones. Enséñale que también puede decidir de forma individual. Mantente a su lado si le sale mal para que no tema volver a intentarlo. Acepta que debe encontrar su propio camino, recuerda que tú ya elegiste el tuyo, que también hubo momentos en los que te sentiste perdida/o. Y acuérdate de lo importante que era el apoyo incondicional de tu familia cuando ni siquiera tú confiabas en tus posibilidades.

¿Cómo se hace?

Aunque piense que tú eres la causa cuando su mundo se derrumba, no dejes de mostrarle que le quieres y estás de su lado. No te rindas y ayúdale. Cuándo crea que todo va mal y no hay ninguna salida, demuéstrale que sí, que sólo es una caída. A su edad, a ti tampoco te gustaba que te pusieran límites, también creíste que no necesitabas a nadie. Con el paso de los años has comprobado que esas fronteras fueron una ayuda inestimable en tu desarrollo y maduración personal.

¿Cómo dejar crecer y ayudar a madurar? ¿Pero la madurez no viene incluida con el paso de los años? La respuesta es que no.

Como padres y madres de adolescentes debemos asumir el reto de ayudarles en este proceso. Y para hacerlo hay que encontrar el equilibrio entre ser guía y permitir que empiecen a caminar solos y solas.

No olvides estas claves:

  1. Los límites son tan importantes como el afecto, y ambos necesarios para crecer y madurar.

  2. Padres y madres asumen durante la adolescencia el reto de equilibrar ser guía y dejar caminar.

  3. El amor incondicional de la familia.

     

    Y recuerda, si no puedes hacerlo solo o sola, en Servicio PAD, prevenimos y tratamos las adicciones en adolescentes y jóvenes del consumo de alcohol y/u otras drogas,  del uso abusivo de la tecnología o con riesgos o problemas asociados al juego de azar.
    ¡Llámanos! 699 480 480

Carolina Del Pozo

Psicóloga y Orientadora Familiar de Servicio PAD