Se acaba el verano, nos preparamos para iniciar una nueva etapa, vuelta al trabajo y vuelta de los chicos y las chicas a las actividades y rutinas educativas y formativas. Durante la época estival adolescentes y jóvenes cambian sus actividades, espacios, los horarios, el tiempo libre es infinito y merecido después de un curso escolar que implica esfuerzo y trabajo.
Ahora toca prepararse, algunas familias prefieren ir haciendo una adaptación paulatina, poco a poco, otras son más de aprovechar hasta el último momento… lo cierto es que, sea en los tiempos que sea, es importante sentarse a organizar y prepararnos para el cambio.
Es cierto que en ocasiones este cambio se vive como “un castigo” pero podemos enfocarlo como una oportunidad para aprovechar al máximo los tiempos y que éstos sean productivos y satisfactorios para todos los miembros de la familia.
Os facilitamos propuestas para acompañar y ayudar a nuestras hijas e hijos a ir tomando conciencia y adaptarse al inicio del curso:
– Preparar los espacios y adaptarlos de nuevo a las actividades escolares. Puede ser positivo valorar los materiales que son necesarios para este próximo curso, organización de la habitación y espacios de trabajo en casa….
– Valorar las actividades y hobbies que nos gustaría disfrutar y practicar, quizá algunos ya las hacían el curso pasado, pero puede haya nuevas motivaciones y gustos, puede que hayamos descubierto algún deporte o actividad durante el verano que quieren continuar durante el curso. Puede ser un buen momento para buscar información, horarios, espacios o quizá les apetece compartirlo con las amistades, motivarles para que se unan a realizarlo en grupo…
– Pensar en familia aquellas actividades que nos gustaría poder hacer juntos, hacer propuestas, planificar, decidir entre todos….
– Retomar el contacto con amistades a las que no han visto en todo el verano, es momento de reconectar.
Estas y otras propuestas ayudan a que nuestra mente comience a ponerse en contacto y tomar conciencia del cambio. El objetivo final es poder realizar una organización de las rutinas que nos ayudará a lo largo del curso a mantener una dinámica organizada, adecuada y posible. Para cumplir este objetivo podemos, en familia, sentarnos a organizar el horario familiar semanal. En este horario entran todos los miembros de la familia, adultos y menores. Es necesario tener en cuenta algunos puntos que nos ayudaran a organizarlo:
– Las responsabilidades de cada miembro de la familia. Cada persona tiene una edad y es importante que sepamos cuáles son las responsabilidades que nos corresponden tanto dentro como fuera de casa. Este puede ser un buen momento para adaptar algunas de las rutinas y reparto de tareas, lo que cada uno hacía antes puede repartirse de otro modo, puede que haya tareas para las que las chicas y los chicos antes no estaban preparados y ahora sea un buen momento para que comiencen a realizarlas…. Dentro de las responsabilidades debemos incluir no solo tareas domésticas o escolares, el autocuidado es también una responsabilidad (las horas de sueño, los espacios de descanso, la higiene, la alimentación…. Todo forma parte del día a día y se debe tener en cuenta en la organización familiar para que esta funcione.
El tiempo libre y el ocio: además de organizar las actividades de ocio durante el curso escolar, los horarios, etc. puede ser un buen momento para reflexionar sobre a qué queremos dedicar el tiempo libre. Este debe ser saludable y variado, recordar que las tecnologías forman parte de estos espacios y por lo tanto deben tener un espacio y un tiempo, pero no debe ser la única forma de ocio.
Todas estas reflexiones y organización pueden ponerse en marcha y evaluar los aspectos que funcionan y los que no, modificar aquellos aspectos que no están funcionando o que dificultan la dinámica en la familia. La familia cambia y evoluciona por lo que la organización tiene que adaptarse a los cambios, detectarlos y abordarlos nos facilitara la organización y convivencia adecuadas.
María Bejarano López
Orientadora Familiar del Servicio PAD