Las Nuevas Tecnologías y, en especial Internet, han impactado a la sociedad actual, especialmente a los jóvenes, así como nos ha proporcionado muchos beneficios. En los últimos años estamos empezando a encontrarnos jóvenes que viven obsesionados por Internet, el móvil, las vídeo consolas, las Redes Sociales, etc. Se sienten incapaces de desprenderse de ellos, son incapaces de controlar su uso llegando a poner en peligro sus responsabilidades (estudios, trabajos) y sus relaciones sociales.

En muchas ocasiones, este tipo de usos inadecuados o de riesgo están relacionados con variables psicosociales como la vulnerabilidad, el estrés o problemas en el entorno familiar o social. Con los adolescentes tenemos la gran suerte de poder descubrir e identificar algunos factores de riesgo para el abuso de estas Nuevas Tecnologías. Algunas señales de alarma se disparan antes de que esta afición se convierta en adicción.

El concepto de adicción a Nuevas Tecnologías se ha planteado como explicación a comprender la pérdida total de control sobre el uso, y el efecto dañino del mismo. Los síntomas que presenta el adicto son comparables a los de otras adicciones (tolerancia, dependencia, cambios orgánicos similares al síndrome de abstinencia, etc.).

Según el estudio realizado por la Fundación Pfizer (2009), el 98% de los jóvenes españoles de 11 a 20 años son usuarios de Internet. De ese porcentaje, 7 de cada 10 afirman acceder a la red por un tiempo diario de al menos, 1.5 horas, pero solo una minoría de un 3 a un 6% hace un uso abusivo.

Las Nuevas Tecnologías ya forman parte de nuestra vida social y personal:

  • 6 millones de ordenadores nuevos todos los años.
  • 57% de los hogares tiene acceso a internet.
  • Más de 20 millones de internautas (el uso en las nuevas generaciones duplica el resto).
  • Mas líneas de móvil que habitantes.
  • 11.3 millones de usuarios de Tuenti.

Si evaluamos el uso entre menores (10 a 15 años), podríamos decir que es prácticamente universal el acceso a ordenador en el domicilio, un 94.6% y el 87.3% utiliza Internet.

Por sexo, las diferencias de uso de ordenador y de Internet apenas son significativas. En cambio, la diferencia en la disponibilidad del teléfono móvil a favor de las niñas, a esta edad, supera los siete puntos. La proporción de adolescentes que disponen de teléfono móvil se incrementa significativamente a partir de los 10 años hasta alcanzar un 92.1% a los 15 años.

El 30% de los niños utiliza los vídeo juegos online, y casi la tercera parte de ellos en la modalidad de pago. Son más niños que niñas, y su uso suele coincidir con el fin de semana.

Las Nuevas Tecnologías simplifican considerablemente nuestra vida cotidiana. El atractivo que para los jóvenes tiene es la respuesta rápida, la recompensa inmediata, la interactividad y la posible utilización de diferentes ventanas a la vez. El uso es positivo, siempre que no se dejen de lado el resto de actividades de la vida normal (estudiar, hacer deporte, salir con amigos, estar en familia). Es diferente cuando su uso desmedido provoca aislamiento, induce ansiedad, afecta a la autoestima, y el adolescente empieza a sufrir pérdida de control.

Las motivaciones para hacerse con el nuevo modelo de smartphone, que permite reproducir o almacenar música e integran teléfono, cámara de fotos y acceso a internet en un mismo dispositivo con diseño exclusivo, así como cada vez aplicaciones mas atractivas y permite tener cuentas en las principales Redes Sociales virtuales (WhatsApp, Snapchat, Facebook, Twitter, Instagram) nos permite localizar a personas, chatear, mandar mensajes tanto privados como públicos, crear eventos y colgar fotos y vídeos, son múltiples; ser visible ante los demás, reafirmar la identidad ante el grupo, estar conectados con los amigos. El anonimato produce terror, del mismo modo que asusta la soledad. Las Redes Sociales me permiten ser alguien, son el puente para alejarme de la exclusión social, me dan el sentido de pertenencia a algo, aumentan mis emociones positivas. El adolescente se siente popular por las listas de amigos de sus cuentas en las Redes Sociales, de hecho, existen opciones para comprar seguidores o ‘amigos fictíceos’.

Es importante referirnos también a otros riesgos o amenazas asociados al abuso de las Nuevas Tecnologías:

  • Acceso a contenidos no adecuados.
  • Amenazas técnicas.
  • Fraude económico.
  • Delitos contra la propiedad intelectual.
  • Amenazas a la privacidad.
  • Ciberbullying (o ciberacoso).
  • Grooming (conducta seductora de un adulto con el objetivo de ganarse la confianza del menor buscando satisfacer deseos sexuales físicos o distribución en red).

Los riesgos más importantes en los menores de 10 a 15 años son el acceso a contenidos inapropiados, el acoso y la pérdida de intimidad. Así, en las Redes Sociales se puede acceder a contenidos pornográficos y a la violencia sin ningún tipo de barrera de control de edad. Acceder sin dificultad a contenidos racistas, proclives a la anorexia, incitadores al suicidio o a la comisión de delitos (partidas ilegales, apuestas…).

Así mismo, existe el riesgo de crear una identidad ficticia, potenciada por un factor de engaño, autoengaño o fantasía. Así, por ejemplo, se liga bastante virtualmente porque el adolescente se inhibe menos. Sin embargo, se facilita la confusión entre lo íntimo, lo privado y lo público (que puede favorecer el mal uso de información privada por parte de personas desconocidas).

No podemos obviar el riesgo de que se desarrollen conductas histriónicas en el adolescente (se caracterizan por expresar sus emociones de forma exagerada, muy vanidosos y egocéntricos). Se sienten incómodos cuando no son el centro de atención, buscan ser seductores en apariencia y comportamiento y les preocupa mucho no serlo. Buscan continuamente que alguien les tranquilice y aprueben todo lo que hacen, llegando incluso al enfado si no reciben la aprobación (en forma de ‘me gustas’ o ‘likes’). Impulsivos con poca tolerancia a la frustración. Tienden a ver todo en términos de blanco y negro, (discurso exagerado y carente de detalles) y narcisistas (patrón general de grandiosidad (en la imaginación o en el comportamiento), una necesidad de admiración y una falta de empatía, cuando no deformadoras de la realidad (alardear de su cantidad de amigos “agregados que no existen”).

Y recuerda, si no puedes hacerlo solo o sola, en Servicio PAD, prevenimos y tratamos las adicciones en adolescentes y jóvenes del consumo de alcohol y/u otras drogas,  del uso abusivo de la tecnología o con riesgos o problemas asociados al juego de azar.
¡Llámanos! 699 480 480

María Casado Fernández

Psicóloga y Orientadora Familiar

Servicio de Prevención de Adicciones