Ante todo, recibe nuestra enhorabuena. Dejar de fumar es, sin duda, la mejor decisión que puedes tomar para mejorar tu salud actual y futura.

Permítenos que te ayudemos.

Un obstáculo importante que dificulta que muchos fumadores consigan su objetivo de dejar de fumar es la existencia de algunas expectativas inadecuadas. Es importante corregirlas, porque una expectativa que no se cumple produce frustración y abandono del empeño. Situemos, pues, brevemente, tus expectativas.

  1. Tú decides

No actúes impulsivamente. Lo primero que hace falta para dejar de fumar es tomar una decisión personal. Es posible que tu pareja, o tus hijos, o tus padres, o tu médico, te estén presionando para que dejes de fumar. Sin duda, lo hacen con la mejor intención. Sin embargo, eres tú, y solo tú, quien conoce tus circunstancias y quien puede decidir si dejas de fumar o continúas haciéndolo. Dejar de fumar porque otros me insisten en que lo haga no suele funcionar. Tú decides.

  1. Ten claros cuáles son los beneficios que esperas conseguir

Una buena forma de tomar esa decisión personal y firme es pararte a pensar, tal vez “con papel y lápiz”, que los beneficios que tú esperas conseguir si dejas de fumar. Es importante que los identifiques con claridad y que valores la importancia que esos beneficios tienen para ti. Piensa en la salud, en la calidad de vida, en la economía, en la liberación de una dependencia, en el ejemplo para tus hijos… Si decides dejar de fumar, la tarea que tienes ante ti tiene cierta dificultad, requiere un esfuerzo, y es muy importante que veas con claridad por qué es importante para ti hacer ese esfuerzo.

  1. Dejar de fumar requiere un esfuerzo. No hay varitas mágicas

Tal vez hayas oído que dejar de fumar “es fácil”, o hayas visto publicidad sobre fármacos que se anuncian casi como si fueran una “varita mágica”, asegurando que si los usas te va a costar muy poco abandonar el tabaco.

No es cierto. Dejar de fumar no es fácil, aunque haya tratamientos que ayudan. Se trata de un proceso de aprendizaje complejo, porque el objetivo es aprender a afrontar, por primera vez en la vida, multitud de situaciones cotidianas en las que has fumado y en las que el tabaco ha cumplido una función, a menudo importante. Se requiere una decisión firme y el seguimiento, por tu parte, de determinadas pautas que, a menudo, son costosas. No hay varitas mágicas.

  1. Dejar de fumar es más fácil cuando se cuenta con un método y con apoyo

No obstante, todo es mucho más llevadero si se hace con método y si se pide ayuda. Existen distintos recursos para ayudarte a dejar de fumar, si lo deseas. Uno de ellos es el Programa de Madrid Salud (que puedes consultar y donde puedes inscribirte si entras en www.madridsalud.es). Encontrarás el apoyo de profesionales de larga experiencia, conocerás a fumadores en la misma situación que tú, e irás recibiendo, paso a paso, pautas que te ayudarán a conseguir tu objetivo.

  1. Ojo: tu objetivo no es luchar contra las ganas de fumar, porque las ganas de fumar no son la causa de que fumes

Dejar de fumar no consiste en luchar contra las ganas de fumar, sino en no fumar a pesar de tener ganas.

Las ganas de fumar van a seguir existiendo, en mayor o menor medida y en unas u otras situaciones. Luchar contra ellas para que desaparezcan o para que disminuyan es un combate inútil y, además, contraproducente. En lugar de eso, deja que las ganas existan pero distánciate de ellas, obsérvalas como algo ajeno a ti, y ten claro que tu objetivo es no fumar.

Piensa que la causa de que fumes no son las ganas. Seguramente a menudo has tenido deseos intensos de hacer algo y, sin embargo, has decidido no hacerlo por distintos motivos. La causa de que fumes o no fumes no son las ganas, sino tu decisión personal. Tú decides.

  1. Si pasado un tiempo vuelves a fumar, renueva tu decisión y, si quieres, aprende del error

Tal vez hayas intentado dejar de fumar en alguna ocasión anterior, pero has recaído. Se trata de una experiencia bastante común, que nos frustra y nos desanima a volver a intentarlo.

Dejar de fumar es difícil porque luchamos contra un hábito extraordinariamente arraigado. Los “deslices” o contactos puntuales con el tabaco no son deseables, pero, al mismo tiempo, hay que contar con que pueden ocurrir. Lo importante es cómo los afrontamos.

Ante todo, párate a pensar qué deseas hacer. ¿Deseas volver a fumar, o deseas continuar sin hacerlo? Si deseas volver a fumar como antes, perfecto. Si deseas permanecer sin fumar, también puedes hacerlo, porque nada te obliga a continuar fumando. En ese caso te sugerimos algo importante: utiliza ese “desliz”, ese contacto con el tabaco, como una oportunidad para aprender qué hacer para evitarlo en el futuro. Los errores son una fuente muy importante de aprendizaje: cuando aprendiste a conducir, o cuando aprendiste un idioma, ¿no fueron los errores los que te sirvieron para “tomar nota” y no volver a cometerlos?

  1. No intentes fumar menos

Muchos fumadores se plantean reducir el consumo de cigarrillos, no dejarlo del todo. Ese objetivo es alcanzable solo durante poco tiempo. A la larga la tendencia es a volver a fumar igual que antes. Las personas que fuman muy poco lo consiguen porque siempre han fumado así.

Sin embargo, sí puedes dejar de fumar completamente.

  1. No tienes por qué engordar

El temor a ganar peso es uno de los motivos por los que muchos fumadores no se deciden a dejar de fumar, o abandonan al poco tiempo de empezar.

Dejar de fumar no engorda. Lo que engorda es lo que uno hace cuando deja de fumar. Es posible que sustituyas algún cigarrillo por el picoteo, o que comas más cantidad (no olvides que recuperarás el sentido del olfato y del gusto, y que la comida sabrá mejor). Esto significa que, al mismo tiempo que dejas de fumar, habrá que prestar atención a tus hábitos de alimentación y a tu actividad física.

Más aún: los kilos que ganes (si los ganas) puedes perderlos después.

  1. Plantéate el dejar de fumar como una oportunidad para hacer tu vida más variada e interesante

Ciertamente, dejar de fumar requiere un esfuerzo, tiene un coste.

Pero también puede ser visto como una oportunidad de introducir cambios en tu vida, que impliquen no sólo abandonar el tabaco sino, por ejemplo, adoptar hábitos de alimentación más saludables, practicar más actividad física, iniciar o recuperar alguna afición, aumentar tu vida social y, en general, adoptar cambios que hagan tu estilo de vida más rico, variado y gratificante.

Recuerda que puedes pedir ayuda para dejar de fumar en el Centro Madrid Salud de tu zona. Puedes ver la lista completa, con sus direcciones y teléfonos, en www.madridsalud.es. Contarás con todo nuestro apoyo.

José Javier Moreno Arnedillo

Programa de Prevención y Control del Tabaquismo. Madrid Salud