Hace más de dos décadas la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió elegir el 15 de Noviembre como el día dedicado a concienciar a la población en general, y a los jóvenes en particular de los riesgos que conlleva el beber en exceso.

No quiero en este post repetir conceptos que todos hemos oído en alguna ocasión sobre “lo malo que es beber”. Pero es verdad que algunos datos que nos proporciona la OMS son muy desalentadores: cada año se producen 3,3 millones de muertes en el mundo debido al consumo nocivo de alcohol. En el grupo de edad entre  los 20 y los 39 años, un 25% de las muertes son atribuibles al consumo de alcohol. El uso nocivo de alcohol es un factor causal en más de 200 enfermedades y trastornos.

Y no hemos nombrado todas aquellasconsecuencias negativas que el alcohol ocasiona en las relaciones familiares y sociales de las personas y en el sufrimiento que puede generar.

Hoy sin embargo me gustaría destacar algo que se publicó durante la  Conferencia Europea Sobre Salud, Sociedad y Alcohol en París entre el 12 y el 14 Diciembre de 1995. Ya ha llovido. En aquella reunión se animaba a todos los países a elaborar políticas y llevar a cabo programas que se hicieran eco de 5 principios éticos.Hay que tener en cuenta que un principio ético es mucho más que una recomendación, es algo que nos sirve de guía de conducta y que recoge todo aquello que se sabe que es adecuado y bueno para el ser humano. Los 5 principios éticos que se recogían en la conferencia de Paris son:

Todas las personas tienen derecho a que su familia, comunidad y vida laboral estén protegidas de accidentes, violencia u otras consecuencias negativas asociadas al consumo de alcohol.

Todas las personas tienen derecho a recibir una educación e información válida e imparcial desde la infancia acerca de las consecuencias del consumo de alcohol sobre la salud, la familia y la sociedad.

Todos los niños y adolescentes tienen derecho a crecer en un medio ambiente protegido de las consecuencias negativas asociadas al consumo de alcohol y, en la medida de lo posible, de la promoción de bebidas alcohólicas.

Todas las personas que consuman alcohol de forma peligrosa o dañina y los miembros de sus familias tienen derecho a tratamiento y asistencia.

Todas las personas que no quieren beber alcohol o que no pueden hacerlo pormotivos de salud o de otro tipo, tienen derecho a ser protegidos frente a las presiones para consumir alcohol y a recibir apoyo en su decisión de no beber alcohol.

Han pasado 23 años y al leer estos principios éticos no puedo dejar de pensar que siguen estando vigentes y que hay muchas cosas que podemos hacer si los tenemos en cuenta, tanto en nuestro ámbito laboral como con nuestros amigos o con nuestras familias. Con pequeños gestos cotidianos, decisiones personales, programas de actuación, medidas políticas, conseguiremos actuar todos de forma conjunta y colaborar en la prevención de los efectos nocivos que sabemos que el alcohol ocasiona, sobre todo en la población adolescente y joven, y de alguna forma también contribuir en la mejora de la calidad de vida de todas las personas.

Conmemoremos con estos principios éticos el 15 de noviembre del 2018, Día Mundial Sin Alcohol.

Y recuerda, si no puedes hacerlo solo o sola, en Servicio PAD, prevenimos y tratamos las adicciones en adolescentes y jóvenes del consumo de alcohol y/u otras drogas,  del uso abusivo de la tecnología o con riesgos o problemas asociados al juego de azar.
¡Llámanos! 699 480 480

Ruth Olmos Espinosa

Jefa del Departamento de Asistencia

Instituto de Adicciones, Madrid Salud