Comunicarnos a través de los mensajes de los móviles y el uso de las redes sociales está cambiando la forma en que nos relacionamos con los demás. En ámbitos educativos y a nivel familiar existe una preocupación sobre si esos hábitos pueden estar afectando a la capacidad de conversar y a las relaciones cara a cara, sobre todo en la etapa de la pre-adolescencia y adolescencia.

Si imaginamos una escena cotidiana en la que estamos compartiendo momentos en familia, ¿cuántas veces se ve interrumpida nuestra conversación por consultas con el móvil o chateo a través del WhatsApp? Algunas encuestan señalan que consultamos el móvil unas diez veces a la hora…

Eulalia Solé Tomás, experta en comunicación, comenta que cuando conversamos desde el móvil, la tablet o el ordenador, a menudo se pierden elementos que pueden ser esenciales al conversar, el significado de las palabras es solo el 20% de lo que comunicamos y el 80% restante, lo aporta, todo lo que envuelve esa comunicación, los gestos, la postura, el tono, la mirada…

Amanda Cespedes neuropsiquiatra infantil, apunta que cuanto más temprano se inician nuestros hijos e hijas, en el uso de tecnologías digitales, menos se desarrollan habilidades sociales tales como: la capacidad de leer la mente de la otra persona, a través de la mirada, la lectura de claves no verbales, la empatía.  Además, de que se favorece el contacto con los demás de una forma fugaz.

Como padres y madres, entonces… nos planteamos ¿qué podemos hacer ante esta realidad?

Las tecnologías en sí mismas no son ni buenas ni malas, va a depender del uso que se haga de ellas, conocer los riesgos que pueden conllevar su uso y cómo compensar esos riesgos a nivel familiar es una de las formas en que podemos hacer prevención desde la familia:

  • Fomentar momentos de comunicación “cara a cara” en la familia.
  • Establecer espacios y momentos en el hogar libres de tecnologías.
  • Guiarles desde la infancia a diferenciar en qué momentos son válidas las conversaciones digitales y en qué ámbitos son necesarias las conversaciones sin dispositivos tecnológicos delante.
  • Potenciar el ocio compartido en familia.

 

Todo ello, forma parte esencial en esta labor educativa de ser padres y madres. Recordemos que un “me gusta” o mandar un emoticono con una “carita sonriente” no puede sustituir a dar o recibir una sonrisa o un beso en directo.

 

Y recuerda, si no puedes hacerlo solo o sola, en Servicio PAD, prevenimos y tratamos las adicciones en adolescentes y jóvenes del consumo de alcohol y/u otras drogas,  del uso abusivo de la tecnología o con riesgos o problemas asociados al juego de azar.
¡Llámanos! 699 480 480

 

Natalia Ruiz

Psicóloga