Las personas somos seres sociales por naturaleza, y desde que nacemos estamos en constante relación con otras personas. Tanto la comunicación verbal (lo que expresamos con palabras) como la no verbal (gestos, miradas, tono de voz, posición de los brazos…)  está en la base de nuestras relaciones.

Comunicarnos nos permite expresar opiniones, deseos o sentimientos. Sin embargo, aunque sabemos que la comunicación es muy importante, a veces, en las relaciones familiares, o bien no nos adentramos de verdad en lo que ocurre o tenemos reacciones explosivas. En ambos casos, la comunicación no es buena, y cuando eso ocurre, aún estando en familia, podemos llegar a sentirnos muy solos o solas.

Sin embargo, si establecemos una comunicación saludable, podemos crear una relación afectiva positiva con las personas que queremos, incluso en los momentos difíciles.

Todo el mundo conoce a personas que, tienen una enorme facilidad para establecer relaciones, que tienen muchas amistades y que en la mayoría de las situaciones son bien recibidas. Del mismo modo, vemos que hay personas que tienen dificultades para relacionarse, bien porque son muy tímidas, o porque son excesivamente expresivas y tienden a invadir a los demás. Estas características personales, tienen que ver con lo que se llama “estilos de comunicación” y en ellos influyen nuestra forma de ser y lo que hemos aprendido.

En la educación sobre la forma de relacionarse, los padres y madres influyen de manera decisiva, a través de la imitación.  Los hijos e hijas, hacen lo que ven y escuchan.

Existen distintos tipos de relación, pero se pueden agrupar en tres estilos comunicativos:

  • Estilo agresivo: Consiste en expresar las opiniones, creencias y sentimientos de una manera intimidatoria, o que avasalla a los demás, imponiendo nuestro criterio a los demás. Se suele alzar la voz y gesticular mucho con las manos.
  • Estilo pasivo: Con este estilo comunicativo, las personas no son capaces de expresar abiertamente sus sentimientos u opiniones, tienden a no dar su opinión o dejar que otros les intimiden.
  • Estilo constructivo: Las personas son capaces de expresar sentimientos, deseos, derechos y opiniones sin herir a los demás o a sí mismos. Implica respeto hacia las necesidades de uno mismo y a los demás.

¿Qué estilo comunicativo tenéis en vuestra familia? ¿Todas las personas de la familia tienen el mismo estilo comunicativo? ¿Qué ventajas e inconvenientes encontráis con cada uno de ellos?

 

Y recuerda, si no puedes hacerlo solo o sola, en Servicio PAD, prevenimos y tratamos las adicciones en adolescentes y jóvenes del consumo de alcohol y/u otras drogas,  del uso abusivo de la tecnología o con riesgos o problemas asociados al juego de azar.
¡Llámanos! 699 480 480

 

Carolina del Pozo

Psicóloga y Orientadora Familiar de Servicio PAD