Desde el Servicio de Prevención de Adicciones, ServicioPad, hemos hecho una serie de posts con recomendaciones básicas para familias relacionadas con adolescentes y jóvenes y riesgos asociados a conductas adictivas y al posible impacto que la etapa tan complicada que hemos vivido hubiera podido generar, aportando información y pautas de actuación para abordar estas situaciones. Este será el último post de la serie ya dentro de la nueva normalidad y en el que hablaremos de los riesgos asociados a los juegos de azar.

Se consideran ‘juegos de azar‘ a todos aquellos juegos en los que hay un resultado final incierto que hay que predecir y por el que se apuesta, en los que ganar o perder no depende de la habilidad de la persona (en todo caso solo en un porcentaje) sino en el que interviene el azar, lo que significa que este resultado será aleatorio. Aunque hay muchos tipos de juego que encajan en esta definición, vamos a poner el foco en aquellos con mayor riesgo de generar problemas, que son los que ofrecen la posibilidad de ganar dinero, donde tanto la apuesta como el premio tienen un valor económico que dependerá del tipo de juego y sus características.

Este no es un problema nuevo, las dificultades derivadas de los juegos de azar nos han acompañado a lo largo de la historia de la humanidad, pero la situación se ha ido complicando en los últimos años, por varios motivos:

– Gran oferta, variedad y accesibilidad: Existe un enorme abanico de todo tipo de juegos de azar cuya oferta se ha ampliado y diversificado tanto en el formato online como presencial, a los que se puede acceder desde una amplia red de locales de juego, casas de apuestas, casinos o plataformas digitales, con apuestas deportivas, ruleta, póker, máquinas tragaperras, etc. Y cuyas características cada vez más perfiladas (accesibilidad, inmediatez, bajo coste, etc.) están diseñadas para aumentar la frecuencia de juego y, por lo tanto, la inversión de dinero y la probabilidad de desarrollar problemas asociados.

– Cambio en el perfil del jugador/a:  ya no hablamos solo de personas adultas, sino de una alta prevalencia de adolescentes y jóvenes, con un descenso notable en la edad de inicio, entre quienes podemos encontrar incluso menores de edad.

– Cambio en la percepción del juego:  entre esta población adolescente o joven, el juego ha pasado de considerarse como ‘algo negativo’ a una alternativa de ocio más, visto como algo normalizado, inocuo o falto de riesgos.

– Publicidad indiscriminada y legislación laxa: aunque esto se ha ido regulando en los últimos meses, por lo menos de forma parcial, sin duda, ha contribuido a favorecer los tres aspectos anteriores. Acercándolo a la población joven, diversificando sus alternativas y accesibilidad y envolviéndolo en un halo de glamour y normalidad, multiplicando su atractivo.

¿A que se debe este interés para la población más joven? Básicamente por tres aspectos fundamentales:

– Su diseño y características se adaptan a sus gustos, preferencias y contextos: el formato online se adapta a su alta implicación en el uso de pantallas, lo que contribuye a que se vea como un entretenimiento más, y el formato presencial, casas de apuestas, sobre todo, cuyo diseño y funcionamiento las ha posicionado como lugares de reunión juvenil.

– Tiene eco y supone un incentivo en esta etapa evolutiva:

– Por ser algo inquietante dada su incertidumbre y, en el caso de menores, está prohibido, lo que le suma interés, dada su necesidad de experiencias y motivaciones.

– Apela a su “exagerada” percepción de sabiduría.

– Los premia no solamente con dinero, lo cual ya lo hace deseable en sí mismo, sino con el reconocimiento social que conlleva, algo que también multiplica su atractivo.

– Son fácilmente influenciables y se ven deslumbrados/as por toda su parafernalia a la que ha contribuido también la publicidad bien escogida.

– Aporta como toda conducta que puede ser adictiva, sus propios “premios” como evasión, entretenimiento o forma errónea de manejar emociones,  fácil y accesible, que puede convertirse en una trampa.

Por todo ello, hay un importante número de adolescentes y jóvenes, incluso menores, como mencionaba anteriormente, que se interesan por los juegos de azar.  La proliferación de los locales de juego y casas de apuestas y la amplísima oferta online, que ha redoblado sus esfuerzos durante la Alerta Sanitaria, tras el cierre de los locales, dejó una puerta abierta para quienes ya jugaban, que encontrarán además una nueva tentación con la reapertura de los mismos y para quienes no jugaban con anterioridad pero que se han aficionado durante esta etapa, en la que se ha observado un aumento considerable en su uso. Esto hace imprescindible detectar y reconducir estas conductas antes de que lleguen a instaurarse de forma problemática. Y, por supuesto, prevenir de sus riesgos a nuestros hijos e hijas.

¿Cómo actuar? Os dejamos aquí algunas recomendaciones:

– No quitarle importancia, es verdad que determinados tipos de juego están muy extendidos en nuestro país y no todos tienen el mismo grado de capacidad para generar problemas, pero no debemos por ello considerar a todos iguales y minimizar sus riesgos. Estos pueden ser muy importantes.

– No fomentar o promocionar el juego de azar, no todas las personas somos iguales y para algunas tienen un atractivo especial que los hace más vulnerables. Ni qué decir tiene que cuantas más oportunidades de jugar más fácil es que surjan problemas.

– Observar y supervisar y prestar atención por si detectas algún problema o indicador y actuar cuanto antes.

– Hablar de ello: y como decimos siempre, desde la empatía, la calma y la escucha, tanto si has detectado problemas como si pretendes evitarlos.

– Transmitiendo tu desaprobación.

– Predicando con el ejemplo.

– Aportando información veraz y desmontando mitos:

  • Cuestiona la asociación de las apuestas deportivas y el deporte. Son cosas distintas y no se contagian de sus beneficios.
  • Cuestiona las estrategias de Publicidad y Marketing: “ ¿no crees que si os invitan es por que ganan más con vuestras apuestas?”, “ ¿crees que si no ganaran nada darían bonos de bienvenida?”
  • Cuestiona el juego como una forma de ocio más: en el juego se apuesta mucho más que dinero, cuando se dejan de hacer otras cosas, ver a otras personas o se pierde el control sobre si mismo/a.
  • Cuestionando sus ideas erróneas: “no se puede vivir del juego, la banca siempre gana”, “ yo sé como ganar” (no existen los métodos, todo depende del azar y este es impredecible).
  • Enseñale a distinguir probabilidad con azar, las personas tendemos a confundirlos y por eso creemos que podemos predecir.
  • Haciéndoles ver que existen muchas otras formas de entretenimiento y ocio y otras formas de evadirse u olvidar problemas.
  • Insistiendo en que no todo el mundo juega y que cada persona debe hacer su propia elección no dejándose llevar por la presión del entorno.
  • Ayudando en una gestión adecuada del dinero tanto en su valor como en su uso. Esto es muy importante, ya que es uno de sus principales atractivos, en dinero en sí mismo y el dinero fácil en particular.
  • Como siempre decimos favoreciendo un correcto desarrollo cognitivo, emocional y social, con tareas, normas y limites adecuados a su edad y con alternativas de ocio saludables.
Y recuerda, si no puedes hacerlo solo o sola, en Servicio PAD, prevenimos y tratamos las adicciones en adolescentes y jóvenes del consumo de alcohol y/u otras drogas,  del uso abusivo de la tecnología o con riesgos o problemas asociados al juego de azar.
¡Llámanos! 699 480 480

Inés González Galnares, Psicóloga clínica y Responsable del Dpto. de Orientación Familiar de Servicio PAD