Desde el Servicio de Prevención de Adicciones, ServicioPad, hemos realizado una serie de posts con recomendaciones básicas para familias relacionadas con adolescentes y jóvenes, durante toda la desescalada relacionados con los riesgos asociados a conductas adictivas. Hoy, primer día fuera del Estado de Alarma Sanitaria, hablaremos de los videojuegos, del uso excesivo, de los riesgos que se hayan podido generar durante el confinamiento y sus consiguientes dificultades en el proceso de desescalada.

Ya hemos mencionado en ocasiones anteriores cómo la situación que hemos vivido en relación a la alarma sanitaria trastocó muchas de nuestras rutinas y funcionamientos cotidianos, algunos cambiaron, otros crecieron, otros se adaptaron y otros desaparecieron. En el caso de los videjuegos, que es de lo que nos vamos a ocupar hoy, estos, encuentran un terreno abonado entre mucha población adolescente y joven para quien ya era una elección de ocio desarrollada con más o menos control, y que se postula en la etapa de confinamiento como una alternativa no solo de entretenimiento sino de evasión ante la incertidumbre, la presión de las restricciones, la distancia social y la convivencia familiar. Lo que le añade un factor mayor de interés y que se asienta en algunos casos con mayor fuerza ante las dificultades de control de las normas y rutinas cotidianas, ante la necesidad de evitar conflictos, la falta de supervisión adulta o la amplísima oferta disponible.

Por estas y otras razones de carácter individual que hayan podido tener también su influencia, vemos que en muchos casos el uso de videojuegos se ha instaurado en un uso abusivo, que “amenaza” con consolidarse y que está costando reconducir en estas etapas de desescalada y vuelta a la normalidad, en las que está ocupando demasiado tiempo, compitiendo con otras actividades y rutinas mucho más adecuadas y necesarias y favoreciendo en algunos casos el aislamiento y la desmotivación.

El punto de partida para abordar esta situación es asumir y transmitir que la excepcionalidad de la situación que hemos vivido no debe prolongarse más allá de la misma y que es necesario volver a establecer una nueva organización y darle a cada tarea o actividad el sitio adecuado. Por lo tanto si hay un uso abusivo o limitante asociado a los videojuegos, hay que reconducirlo.

¿Pero cómo? Aquí os aportamos algunas recomendaciones al respecto:

-En primer, lugar siéntate a hablar con él o ella:

  • Escoge el momento desde la tranquilidad y la calma.
  • Analiza la situación contrastando su percepción con la realidad, ya que a veces la perciben de forma distorsionada (no creen que están dedicando tanto tiempo, no percibe su nivel de alteración con el juego en sí o cuando hay que interrumpirlo, etc.).
  • Escucha su opinión y trata de entender sus motivaciones, especialmente si esto está motivando que se quede en casa prefiriendo los videojuegos a otras actividades o relaciones sociales. Es importante entender que está pasando para poder ayudarle mejor ( si es por miedo al virus, por comodidad, desmotivación, o cualquier otro motivo).
  • Escuchar y empatizar: todos los seres humanos aceptamos mejor las recomendaciones cuando nos sentimos entendidos y que nos tienen en cuenta, por lo tanto, los adolescentes igual, por lo que es importante escuchar lo que tienen que decir.

– Explícale los riesgos de los videojuegos:

  • En cuanto a su uso como una pantalla más, comparte los mismos riesgos que ya mencionamos en el post anterior en cuanto a: atención, concentración, memoria, rendimiento, impulsividad, manejo emocional, etc.
  • En cuanto al posible deterioro y empobrecimiento personal derivado de que vaya conquistando o monopolizando el tiempo y el interés de la persona, lo que le lleva a descuidar otras actividades o tareas, así mismo/a y a sus relaciones personales.
  • En cuanto a que las propias características del funcionamiento de los videojuegos (avatares, presiones, ranking, estrategia, etc.) adquieran un protagonismo e importancia absorba a la persona en el mundo virtual haciéndolo más motivador y gratificante que el mundo real.

Estas dos últimas características estarían empujando a la persona hacia una conducta adictiva.

– Establece Normas y límites: adaptándolas a la nueva situación que vivimos. Estableciendo de forma clara y consensuada su uso, horario, etc. y supervisando su cumplimiento.

¿Qué pasa si durante el confinamiento no se han puesto normas?, pues no hay ningún problema, es normal que si durante tres meses no he puesto normas, me cueste tanto a mi volver a ponerlas como a mi hijo o hija aceptarlas. ¿Cómo hacerlo? Estableciendo dos o tres normas básicas (ejemplo: hora de dejar los videojuegos por la noche), negociarlas entre las personas encargadas de la educación y luego con vuestros hijos o hijas, y lo más importante y que suele ser lo más difícil: MANTENERLAS, cumplir con las consecuencias que he avisado que tendría no cumplir estas normas, ya que si no resultan ineficaces.

– Valora y promueve actividades alternativas, que no sean virtuales y preferentemente al aire libre para cambiar el contexto: andar en bici, pasear, escribir una canción, etc.

¿Cómo pueden competir estas actividades con los videojuegos? No consiste en competir, sino en establecer tiempo para ambas opciones de ocio. Si en un inicio muestra desmotivación por cualquier actividad que no incluya pantallas, podemos intentar hacerlo de forma gradual (una semana que un día o dos haga una actividad sin pantallas, la siguiente semana aumentar a dos o tres días y así) o ir cambiando de actividad para que no llegue un momento que se canse.

– Observa, apoya y supervisa.

Esto que es fácil de decir, tiene sus complicaciones, somos conscientes por lo que es importante tener paciencia con vosotras y vosotros, con la situación y con vuestros hijos e hijas, ir adaptándose y viendo lo que funciona y lo que no  y perseverar para conseguir resultados.

Y recuerda, si no puedes hacerlo solo o sola, en Servicio PAD, prevenimos y tratamos las adicciones en adolescentes y jóvenes del consumo de alcohol y/u otras drogas,  del uso abusivo de la tecnología o con riesgos o problemas asociados al juego de azar.
¡Llámanos! 699 480 480

Inés González Galnares, Psicóloga clínica y Responsable del Dpto. de Orientación Familiar, Mariana Miracoli Costales, Psicóloga y Orientadora familiar CAD de Latina

Servicio PAD