Los que nos dedicamos a la comunicación y al marketing sabemos que los medios sociales, juegos online y aplicaciones tienen un ‘componente adictivo’. Esto explica por qué su uso se incrementa cada vez más. Precisamente, en ello radica nuestro trabajo. Pero hay algunas que por sus características visuales, por el rol que desempeñamos en ellas o simplemente por las funcionalidades que nos ofrecen consiguen que nuestro cuerpo genere más endorfinas, y, con ello, más ganas de continuar con la actividad. Vamos, como si fueran el ‘chocolate’ de la red: una vez que empiezas no puedes parar.
Lo sabemos de los videojuegos, de los MMO (videojuegos de rol multijugador masivos online), de los contenidos VOD (películas o series a demanda), y del incipiente, pero espectacular, mundo del eSports.
¿Y qué ocurre con las redes sociales? Año tras año, las estadísticas (ver Estudio del IAB 2017) nos muestran que el crecimiento en el número de horas semanales que les dedicamos va en ascenso, sobre todo en WhastApp, Facebook e Instagram, llegando a copar en el caso de la red de mensajería instantánea el increíble número de 5’13 horas de uso y 6’8 días de media a la semana. Tremendo.
¿Y en cuanto al target? Instagram se lleva la palma entre adolescentes y jóvenes. Quién no tiene en casa un hijo, hija, familiar, o es docente, y vive en primera persona cómo son capaces de estar haciendo multitasking durante horas con Instagram, mientras hacen los deberes, ven la tele, comen, están con amigos o familia? Y… ¡hasta cuando se duchan!
Sí, son capaces de todo esto y mucho más.
¿Por qué esta red y no otra?
Instagram es la red por antonomasia que representa aquello que denominamos FOMO: fear of missing out. Es decir, consigue ‘engancharnos’ de tal manera que hasta que, haciendo scroll, no hemos llegado al último coranzocito que pusimos la vez anterior que entramos en la plataforma, no nos quedamos a gusto.
Además, la ‘misión’ de Instagram es fortalecer las relaciones mediante experiencias compartidas, o dicho de otra manera, compartimos todo aquello que nos apasiona: comida cool, restaurantes chic, ropa propia de ‘bloggera’, viajes con encanto, vacaciones envidiables, mascotas achuchables, cuerpos de escándalo, conciertos inolvidables… ¿El quiero y no puedo?
Para Instagram, este ‘compartir experiencias’ es una fuente de inspiración para sus usuarios, pero la mayoría de las veces lo que crea es un sentimiento de frustración en adolescentes y jóvenes, que ven que con los mismos 16 o 17 años que la chica o chico de Canadá o Dublín a los que siguen, no viajan por sitios tan maravillosos, ni tienen un vestidor de ropa tan envidiable, ni acuden a conciertos por medio mundo, sino que, como mucho, con lo que ahorran del sueldo de los fines de semana del McDonalds les da para irse a las fiestas de Parla y de camping en verano.
Qué podemos y debemos hacer como madres y padres
– Como siempre, educar. ‘Educar en digital’, dialogando sin censurar, con sentido común y, sobre todo, enseñándoles a madurar.
– Conociendo nosotros primero la aplicación para poder hablarles de los pros y los contras.
– Sabiendo qué aceptamos y qué aceptan ellos y ellas, y explicarles qué significan las ‘políticas de privacidad’.
– Hablarles del ‘uso responsable’. Del poder combinar perfectamente todas las actividades en su día a día, pero sin que las digitales afecten a su vida offline.
– Que no olviden el ocio saludable: los amigos, la familia, el deporte, salir los fines de semana a tomar algo…
– Y especialmente, que no se dejen deslumbrar por los falsos estereotipos de ‘vidas perfectas’ de la red. No existen.
Por tanto, para que nuestros menores hagan un uso responsable de las Nuevas Tecnologías, no podemos dejar a un lado la Mediación Parental, ya que es un deber y una obligación como madres, padres y tutores.
Y recuerda, si no puedes hacerlo solo o sola, en Servicio PAD, prevenimos y tratamos las adicciones en adolescentes y jóvenes del consumo de alcohol y/u otras drogas, del uso abusivo de la tecnología o con riesgos o problemas asociados al juego de azar.
¡Llámanos! 699 480 480
Laura Cuesta Cano
Responsable de Contenidos Digitales Servicio PAD